jueves, 31 de enero de 2008

Actividad de la JotaCé en solidaridad con Cuba socialista

REPARTIENDO ALEGRÍA Y REBELDÍA



JotaCé - Patria Roja

29/01/08







Solidaridad con la revolución cubana, hasta la victoria y mas allá......
¡Alegres, Rebeldes y Combativos por la Revolución y el Socialismo!

miércoles, 30 de enero de 2008

Para Estudiar

Apuntes para una memoria y Sucintas Reflexiones sobre qué hacer


"Leer a Gramsci en el siglo XXI, o releerlo, es una aventura intelectual. Han de emerger de allí nuevos destellos, nuevos resplandores. Él nunca pensó limitarse a interpretar el mundo sino, como había instado Marx en las tésis sobre Feurbach, buscó cambiarlo".


Por: Jorge Arrate




En los últimos meses de 1973 militantes que el 11 de septiembre estábamos fuera de Chile convergimos en Roma por encargo de nuestros partidos, para representarlos en Chile Democrático, el centro coordinador de la solidaridad internacional. Allí disfruté intensamente L’albero del riccio, una colección de cartas escritas desde la prisión por Antonio Gramsci a sus hijos, a su esposa y a su cuñada, la mayoría en la forma de cuentos infantiles. Las leíamos a nuestros propios hijos, en un ejercicio colectivo de aprendizaje del italiano, así como también en esos días les enseñaríamos a cantar ¨Bandiera Rossa¨ con sus pequeños puños en alto, mientras las multitudes a través de toda Italia gritaban ¨Cile libero¨, ¨Cile rosso¨, ¨Cile rosso¨… Casi nadie sabía que Allende y el FRAP, el Frente de Acción Popular, habían usado esa melodía para su himno durante la campaña presidencial de 1964.

Pero mi primer contacto con Gramsci había sido en Chile, antes del golpe, cuando Osvaldo Fernández publicó un pequeño libro titulado Machiavello y Gramsci, que contenía las famosas ¨Notas sobre Machiavello¨ y un prólogo del propio Fernández. Me resultó, recuerdo, más accesible el prólogo que aquellos fragmentos algo crípticos escritos en la cárcel, desordenadamente, sin un plan predeterminado y preciso.

Hablo de una época en que quienes dedicábamos buena parte de la vida a la militancia poseíamos alguna formación teórica. Si bien el activismo y el acervo ideológico no siempre iban de la mano, la política y el desconocimiento, la ignorancia o el desprecio por la historia o por la teoría tampoco, a diferencia de lo que pareciera ocurrir hoy con muchos de los directivos políticos que más se proyectan en los medios. Era un tiempo en que Marx y Engels acaparaban la atención, junto a Lenin y al ¨marxismo-leninismo¨, cuya influencia iba más allá del Partido Comunista hasta alcanzar al Partido Socialista y al MIR y también al MAPU, que había transitado con rapidez de concepciones comunitarias cristianas a una cierta ortodoxia. Ernesto Guevara y su concepción del ¨foco¨ había conquistado un espacio en la izquierda chilena, el trotskismo continuaba influyendo en grupos pequeños fuera y dentro del Partido Socialista donde, además, subsistía el atractivo de las elaboraciones yugoslavas de Tito y Kardelj sobre la experiencia autogestionaria. Desde el ¨Oriente¨ --- como hubiera dicho Gramsci refiriéndose a la experiencia rusa --- Mao cautivaba a grupos minoritarios, Ho Chi Mihn suscitaba la admiración colectiva y Kim Il Sung pugnaba por difundir su obra en traducciones que se distribuían gratuitamente sin nunca lograr el impacto deseado. Gramsci, hasta donde recuerdo, sólo en Argentina y Uruguay había tenido una difusión significativa. Allí, antes de su traducción, un mayor conocimiento del italiano había permitido una lectura anticipada.

Sobre la etapa siguiente de la propagación de Gramsci en Chile sólo puedo aportar pinceladas. En los setenta y ochenta, intelectuales como Enzo Faletto, Manuel Antonio Carretón y Tomás Moulian, entre otros, utilizaban instrumentos gramscianos, en particular en sus análisis de las razones de la derrota de 1973. En el exterior la chispa que encendió esos fuegos fue el famoso texto de Enrico Berlinguer, Secretario General del Partido Comunista Italiano, publicado en la revista Rinascita en octubre y noviembre de 1973, llamado ¨Reflexiones sobre los acontecimientos de Chile¨. El espíritu gramsciano permeaba entonces todo el quehacer del Partido Comunista Italiano. Gramsci se había convertido en emblema intelectual, en icono, en inspirador de una nueva política que sería conocida como ¨eurocomunismo¨. La toma de posición política berlingüeriana, con razón o no, era identificada plenamente con las concepciones teóricas gramscianas. Por eso, en el exilio chileno, primero en el italiano, la lectura de Gramsci fue fuertemente impulsada e intermediada por el planteamiento de Berlinguer que terminaba su famoso opúsculo sobre Chile convocando a un ¨compromiso histórico¨ entre cristianos y marxistas, entre la Democracia Cristiana y la izquierda italiana.

Salíamos dolorosa, penosa, sufrientemente, de nuestros debates como Unidad Popular gobernante, y entrábamos a los de la Unidad Popular derrotada y perseguida sin piedad. Uno de los puntos de discusión había sido el diálogo con la Democracia Cristiana, intentado tres veces por Allende, apoyado por el Partido Comunista, criticado por el Partido Socialista que, si bien no pretendía ni podía impedirlo, explicitaba su desconfianza. Berlinguer derivaba de la experiencia chilena una lección, al menos para Italia: la insuficiencia de las mayorías cualitativas, pero no sólo. También la insuficiencia de las mayorías aritméticas, o sea de la cifra mágica del cincuenta y uno por ciento. Se trataba, según Berlinguer, de constituir mayorías muy amplias y para ello era indispensable arriesgarse a dar la batalla diaria por la hegemonía y a constituir amplias alianzas pero sobre la base de disputar una superioridad moral e intelectual y proyectarla a la sociedad en su conjunto. Todo ello en un país cuya estructura económica era capitalista y cuyo estado se había conformado sobre esa base.Pero la Italia democrática, donde florecían miles de activos comités de barrio y un movimiento sindical de poderío impresionante sufrió el flagelo del terrorismo de las Brigadas Rojas y de los grupos neofascistas, el asesinato de Aldo Moro, el impacto de la economía reaganiana y el despegue de un proceso global de mercantilización, la muerte de Berlinguer, la transformación y posterior triple división del Partido Comunista Italiano.

El “compromiso histórico” en su formulación original nunca llegó a realizarse y emergió, en cambio, el “centro-sinistra”, la alianza entre democristianos y socialistas que no incluía a los comunistas y que sucumbió víctima de las denuncias por corrupción y del desmoronamiento cataclísmico del sistema de partidos.Pues bien, en la Roma del 74 y 75 se multiplicaban los textos sobre Gramsci. Surgiría gradualmente un Gramsci estudiado en todo el mundo y objeto de no despreciables matices interpretativos, ¨usos¨, diría el recientemente fallecido politólogo argentino Juan Carlos Portantiero, en el título de su libro de amplia difusión en América Latina. El Gramsci inspirador del “compromiso histórico”, el Gramsci más o menos “leninista”, el Gramsci de la “guerra de posiciones”, el Gramsci hombre de la cultura, preocupado del teatro y las “novelas rosa”, el que cautivaba a los cristianos y aquel que inspiraba a intelectuales de inclinación maoísta, el Gramsci para quien la correlación militar de fuerzas era, en último término, la decisiva. Un fuerte debate sobre la vigencia del marxismo, de un cierto marxismo, estaba en curso, y también sobre la naturaleza de los regímenes de “partido-estado” de Europa del Este. Participaba toda la izquierda y los comunistas italianos no escatimaban las críticas a los regímenes de matriz soviética. Los yugoslavos organizaban grandes encuentros internacionales sobre marxismo en Cavtat, un balneario de la costa adriática. Todos los meses de octubre, ya terminado el verano europeo, convocaban a estas reuniones cuyos materiales recogía posteriormente la revista Cuestiones Actuales del Socialismo. Estuve allí en dos o tres ocasiones y comprobé cómo la atmósfera de comienzos de los setenta en Italia se había expandido a toda Europa.
A Cavtat concurrían soviéticos y chinos, guerrilleros africanos y latinoamericanos y socialdemócratas y laboristas europeos, marxistas ortodoxos, neomarxistas y postmarxistas… El “eurocomunismo” era protagonista principal de esos encuentros. Con él se identificaban, entre otros, los comunistas suecos, ingleses, franceses, españoles, parte de los griegos y el más grande partido comunista de occidente, el italiano. En 1975 extrañó a mis amigos comunistas italianos mi anuncio sobre mi traslado de Roma a Berlín, República Democrática Alemana. Efectivamente, por decisiones partidarias asumí en Berlín la Secretaría de Relaciones Internacionales del PS chileno que había establecido su máxima dirección en esa ciudad, seguramente la única que podía brindar adecuada protección --- el muro y un riguroso sistema de vigilancia --- al Secretario General, quien, como confirmó el tiempo siguiente, estuvo varias veces en la mira de los asesinos de Carlos Prats y Orlando Letelier.

Teníamos nuestra sede, entonces confidencial, en un pueblito en las afueras, en una vieja casona alemana rodeada de grandes árboles. Allí, en mi pequeña oficina, terminé la lectura de los Cuadernos de la Cárcel en la versión preparada por Palmiro Togliatti después de la Segunda Guerra. Antes de partir de Roma, recorrí las librerías y compré muchos de los libros sobre Gramsci disponibles entonces, incluida la edición crítica cuidadosamente elaborada por el Instituto Gramsci.

La República Democrática Alemana tenía méritos indiscutibles como sistema socio-económico, pero no ofrecía una atmósfera precisamente favorable para lecturas de pensadores que no pertenecieran al canon. Leer a Gramsci en aquella casona de las afueras de Berlín podía ser considerado por mis propios compañeros como una extravagancia o una herejía. Para evitar posibles comentarios yo me encerraba en mi oficina y leía los Cuadernos poniendo por delante la revista soviética “Tiempos Nuevos” o la “Revista Internacional” o el “Boletín de la Liga de los Comunistas Yugoslavos” que, aunque herético, era apreciado por los socialistas chilenos.Más tarde compré durante una visita a Roma una segunda copia de la edición togliattiana y me propuse escribir un texto sobre Gramsci. Recortaba esta segunda copia y pegaba las citas en tarjetas que fueron conformando un poblado fichero contenido en dos cajitas de madera que me acompañaron todo el exilio, hasta mi regreso a Chile en 1987. Sólo entonces, sumergido en la vertiginosa actividad política de esos días, en un acto de meditada y penosa decisión, abandoné mi propósito ensayístico y teórico y me deshice de aquellas fichas. Sin embargo, alcancé a publicar, tempranamente, en un acto de osadía, un artículo sobre el revolucionario sardo. Efectivamente, en 1975, mientras vivía en Berlín, la revista Chile-América, publicada en Roma por un grupo de cristianos exiliados, entre otros Bernardo Leighton y Julio Silva Solar, publicó un artículo que analizaba las ¨Notas sobre Machiavello¨ y las proyectaba a la realidad chilena con el ánimo de avalar una amplia alianza entre la Unidad Popular y la Democracia Cristiana. Consideré que el texto era un tanto abusivo, en el sentido que ¨usaba¨ a Gramsci sin contextualizar su escrito y escribí una contestación en la que, sin ir al argumento político de fondo sobre Chile, sostenía lo que me parecía una interpretación más ¨pura¨ de Gramsci y más a la izquierda que el texto que replicaba.El autor del primer artículo era José Antonio Viera Gallo. Como ustedes ven, en cuanto a ubicación en el espectro de las ideas, las cosas no han cambiado mucho… Lo curioso es que en el número siguiente apareció un tercer texto, bajo seudónimo, en que con toda la batería marxista más clásica el autor acusaba tanto a Viera como a mí de abandonar el recto sendero y proponer visiones blandas del marxismo. En este caso las cosas sí han cambiado, ya que quien lo escribió, en aquel entonces un cristiano creyente en un riguroso marxismo-leninismo, es hoy día un exitoso ejecutivo empresarial. El hecho no descalifica sus ideas, ni las de entonces ni las de ahora, pienso; tan solo lo destaco porque, como sabemos, no es un fenómeno aislado, y revela que la batalla por la gramsciana hegemonía pareciera no habernos favorecido en los últimos decenios.Las veleidades gramscianas eran entonces, en los setenta, propias de los exiliados en Europa, y sólo gradualmente convocaron a los chilenos desterrados en América Latina.

En el caso de los socialistas chilenos la discusión de los temas gramscianos, por así llamarlos, tuvo un impulso abierto a propósito de la división socialista de 1979, de la formación de la Convergencia Socialista y de la consolidación de aquello que se conoce como ¨renovación socialista¨. Me refiero a este proceso en su expresión original, que implicó un rescate de viejas ideas socialistas elaboradas especialmente por Eugenio González y Allende, en cuanto a la democracia, y una asunción del debate europeo occidental sobre la relación entre democracia y socialismo.

Los fenómenos políticos que a partir de los noventa generó la “renovación socialista” me parecen, como he señalado repetidas veces, más propios de etapas que, aunque disguste a algunos, he propuesto denominar “post renovación” y “ultra renovación”.De esta manera, particularmente la postura berlingüeriana tuvo un impacto importante en la llamada “renovación socialista”, si bien no fue la única influencia externa. También influyeron la atmósfera general del debate marxista internacional, las visiones socialdemócratas asociadas a la transición española y al “centro-izquierda” italiano y, finalmente, la “perestroika” gorbachoviana. Me he preguntado si acaso esta asociación entre “renovación socialista” y Gramsci es real o es sólo una racionalización. Como acabo de señalar hubo también, sin duda, una influencia socialdemócrata. Sin embargo, era mucho más complejo para los socialistas chilenos reconocer esta última, mientras la visión “gramsciana” o “eurocomunista” tenía un origen mucho más anclado en la matriz común de la izquierda chilena y su tradición teórica. ¿Fue Gramsci, entonces, una coartada, un atajo confortable para reacomodar una política a perspectivas más moderadas y más amplias en su concepción de las alianzas? No lo creo así, pero, a estas alturas sólo puedo responder por mí. En mi caso, Gramsci fue una nueva ventana, sólo comparable a la que, en tiempos de liceo, significó iniciar la lectura de Marx. Un mirador que construía sobre lo ya construído para iluminar otros ángulos, antes insuficientemente examinados.Y en este punto me interno, entonces, en algunas reflexiones, provisorias, siempre imperfectas, sobre el futuro.Una primera es preguntarme cómo leer a Gramsci hoy día.

La lectura que he descrito en mis recuerdos fue hecha en un mundo bipolar, cuando existía la Unión Soviética, el campo socialista y fuertes estados nacionales, cuando la clase obrera y el sindicalismo eran actores sociales de primera línea y el trabajo y el capital se relacionaban de un modo menos desequilibrado que el actual. ¿Cómo nos ayuda Gramsci a pensar la realidad y el cambio de esa realidad en sociedades sobredeterminadas por la cultura mercantil, en que la democracia, como institución de contenido igualitario, es invadida, aplastada, deformada por el mercado, institución por definición no igualitaria?Creo que una cuestión clave es no olvidar la pregunta que, en definitiva, Gramsci pareciera haberse hecho en las cárceles fascistas. Un cuadro representativo es el que presenta la inolvidable película de Etore Scola “Un día especial”, cuando casi toda Roma se viste con camisas negras para ir a la recepción de Mussolini a su regreso de la vista a Hitler en Berlín. ¿Por qué? ¿Por qué obedecían, por qué se sometían? No era sólo ni principalmente por temor al Estado, como aparato especial de represión. Había un asentimiento, activo o pasivo, que era expresión de un fenómeno de supremacía, no de coerción directa. Entender los mecanismos de subordinación resulta indispensable para diseñar estrategias políticas. Y, pienso, es mucho más complejo que el ejercicio de aplicar el blanco y el negro a la realidad en busca de imágenes polares. Al aporte gramsciano, con su concepto de hegemonía, de Estado en sentido amplio, de sociedad civil, de grados de autonomía de la superestructura, es preciso agregar desarrollos posteriores, en particular el análisis de los mecanismos, los fuertes y los blandos, disimulados, muchos, de disciplinamiento y en particular de las formas correccionales establecidas por la vía del mercado.

A pesar de haberse malogrado en su formulación original, la inspiración gramsciana que impulsó a Berlinguer a proponer políticas de alianza de gran alcance, con ambición estratégica, capaces de configurar amplias mayorías, ha sido, en cierta medida, reflejada en el encuentro de las fuerzas progresistas en Italia que ha agrupado desde comunistas a cristianos para hacer frente a la embestida berlusconiana.

En este punto, hay en Chile la posibilidad de retomar algunas formulaciones históricas. Si bien no siempre hubo fórmulas compartidas, tuvo peso la impronta dimitroviana, impulsada en los años treinta desde el movimiento comunista internacional, de la que surgió el Frente Popular triunfante en 1938.
Posteriormente, la concepción del socialista Eugenio González, formulada hace cincuenta años, respecto a la unidad de las “fuerzas de avanzada social”, como él las denominaba, y el planteamiento de Radomiro Tomic a fines de los sesenta, desde el espacio político de matriz cristiana, sobre la llamada “unidad social y política del pueblo”, fueron momentos significativos de esa misma vocación, aún si, a diferencia del Frente Popular, no lograron la concreción que sus proponentes deseaban. En las ocasiones en que ha sido posible constituir bases mínimas para el entendimiento de las fuerzas de avanzada social los resultados han sido importantes.

En 1958 la democracia chilena fue objeto de profundos perfeccionamientos, gracias al acuerdo sobre “Saneamiento Democrático” que alcanzaron las fuerzas de avanzada social en el Congreso, entre ellos una reforma al sistema electoral, maleado por el cohecho que practicaba la derecha, y la derogación de la ley llamada de “Defensa de la Democracia” que ilegalizaba al Partido Comunista.

En 1970 la consagración de Salvador Allende como Presidente en el Congreso Pleno fue posible gracias al entendimiento entre él y Tomic, entre la Unidad Popular y la Democracia Cristiana.

El triunfo del NO en el plebiscito de 1988 y la elección presidencial de 1989 fueron, más allá de diferencias importantes y explícitas que las distintas fuerzas atribuían a esos eventos, momentos de coincidencia de las fuerzas de avanzada social. Una democracia, aunque limitada, fue reestablecida gracias al voto de los partidos de la izquierda y el centro político y muchas organizaciones sociales. La historia posterior ha sido de encuentros fugaces pero decisivos: Lagos y Bachelet, al no alcanzar la mayoría en la primera vuelta electoral, triunfaron en la segunda gracias a la suma de los sufragios de las fuerzas de avanzada social. Si no hubiera sido así la derecha habría accedido al gobierno y alcanzado un poder casi total.

Sin embargo, nuestra democracia continua incompleta, regida por una Constitución que requiere ser reemplazada por una que consagre democráticamente la ciudadanía. El régimen electoral excluye a un sector significativo del país y oligarquiza a los partidos políticos. El sistema --- sus instituciones políticas estrechamente imbricadas con las económicas --- prolonga las extremas e injustas diferencias sociales, a pesar de los positivos esfuerzos de los gobiernos. Los partidos políticos sufren una crisis de representatividad, incapaces de hacerse cargo de la nueva configuración social del país y de los cambios ocurridos en la sociedad chilena. La inmensa mayoría de nuestros jóvenes no confía en la política, en sus dirigentes y organizaciones, ni en los gobiernos, y han perdido confianza en el poder del sufragio universal.

Los desafíos son enormes. Pero todas las fuerzas de avanzada social --- desde la Democracia Cristiana hasta el Partido Comunista, Fuerza Social, la Surda y otros grupos excluidos del Congreso --- están comprometidas con un ideario democrático. Sería apresurado proponerse ahora grandes y detallados acuerdos o programas y establecer pactos de gobierno, menos aún buscar compromisos estratégicos. Pero es factible proponerse metas mínimas: concordar algunos puntos esenciales e impulsarlos en conjunto.

Para terminar, Gramsci examinó la realidad singular de la Italia social y culturalmente escindida entre norte y sur. Partió de esa constatación, reivindicó lo nacional y popular en la cultura italiana y proyectó lo que Norbert Lechner llamaba “los desafíos culturales de la política”. No estamos desprovistos de una importante tradición en este mismo sentido, desde Luis Emilio Recabarren y su pensamiento enraizado en lo nacional y popular hasta Allende y su “vía chilena al socialismo”, su “revolución con vino tinto y empanadas”. Los grandes partidos de izquierda se insertaron vivamente en el alma nacional y dejaron una profunda huella cultural que explica en buena parte que Chile haya sido un país donde surgió un estructurado y sólido movimiento popular. Pero cada tiempo exige nuevos exámenes, cada momento histórico es distinto de los anteriores. Reconocer hoy, en sus claroscuros, la realidad de Chile y América Latina es una tarea mayor que no admite refugiarse en lo ya sabido, sino que requiere arriesgar en el análisis, explorar nuevos senderos, reconocer las nuevas realidades.

Leer a Gramsci en el siglo XXI, o releerlo, es una aventura intelectual. Han de emerger de allí nuevos destellos, nuevos resplandores. Él nunca pensó limitarse a interpretar el mundo sino, como había instado Marx en las tésis sobre Feurbach, buscó cambiarlo. Con su propia mezcla de pesimismo inteligente, para no confundir deseos con realidad, y de voluntarioso optimismo, para seguir luchando hasta en los momentos más difíciles.

jueves, 24 de enero de 2008

117ª años del nacimiento Antonio Gramsci: Supo hacer de la cárcel algo MARX que una Universidad de libertades comunes




" Instrúyanse por que necesitaremos de todo su conocimiento, conmuévanse por que necesitaremos de todo su entusiasmo y organicénse, por que necesitaremos de toda su fuerza."




lunes, 21 de enero de 2008

Declaración del Partido Comunista Colombiano

Apoyamos a Chávez en su tenaz tarea por el acuerdo humanitario


Declaración del PCC


Bogotá, enero 21 (PCC). El Partido Comunista Colombiano reitera su compromiso por alcanzar el acuerdo humanitario al tiempo que saluda y apoya al Presidente de la hermana República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, por su compromiso solidario para avanzar hacia un acuerdo entre el gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia; además de su apoyo a las conversaciones con el Ejército de Liberación Nacional.


Con la liberación de Clara Rojas y la ex representante Consuelo González queda evidenciado que la facilitación y mediación encabezada por el presidente Chávez y la Senadora Piedad Córdoba, se constituyen en el único canal eficaz para avanzar en el acuerdo humanitario y que además ha concitado a la comunidad internacional, colocando la salida política como el asunto de fondo para la solución del conflicto.


La lucha por el acuerdo humanitario se erige hoy en el mecanismo principal para que cese el cautiverio inhumano de cientos de compatriotas en las selvas y cárceles de Colombia. Es por ello que nos distanciamos de aquellas posiciones que tergiversan los solidarios esfuerzos por el intercambio humanitario y que terminan colocándose al lado de los llamados guerreristas del gobierno de Uribe y de los Estados Unidos.


Consideramos que hay que apelar a la comunidad internacional para buscar salida a las actuales tensiones binacionales. Tensiones que alimentan los intereses de los enemigos de la soberanía, la autodeterminación y dignidad del pueblo latinoamericano.


Las fuerzas democráticas no debemos caer en el juego sofistico que encubre a los enemigos de la paz, pues debemos tener claro que Uribe es enemigo de la paz y que quien quiere regionalizar el conflicto no es el presidente Chávez, ni las fuerzas insurgentes colombianas; por el contrario, son los Estados Unidos que con la anuencia del gobierno colombiano adelantan el terrorista y expansionista plan Colombia, la guerra sucia contra los procesos democráticos del continente, la imposición de políticas económicas anexionistas y las bases militares.


Llamamos al pueblo colombiano a redoblar los esfuerzos en la lucha por el acuerdo humanitario, al tiempo que rechazamos el uso instrumental y cínico de los sentimientos de dolor, que antes que contribuir a la solución de nuestro grave conflicto lo que hace es azuzar odios inútiles entre los colombianos.


Estamos convencidos que en el camino para la construcción de una Colombia digna y soberana, está la solución política negociada.


Partido Comunista Colombiano


Integrante del Polo Democrático Alternativo

domingo, 20 de enero de 2008

Oliver Stone apoya propuesta de Chávez sobre las FARC

Juventud Rebelde

Afirma el cineasta estadounidense que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia mantiene una lucha desesperada contra un gobierno muy fuerte, arropado por Estados Unidos


LONDRES.— El cineasta estadounidense Oliver Stone defendió la propuesta del presidente venezolano Hugo Chávez de reconocer a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) como una insurgencia política y se le deje de considerar terroristas, informó Prensa Latina.

«Las FARC son un producto de la violencia que viene afectando a la nación neogranadina desde hace años», afirmó Stone a la BBC, cuya emisora radial transmitió este jueves la entrevista.

Manifestó el cineasta que el grupo insurgente mantiene una lucha desesperada contra un gobierno muy fuerte, arropado por Estados Unidos que «les envía unos mil millones de dólares al año en una guerra secreta que anima a los grupos paramilitares a matar a la gente que intenta cambiar las cosas».

Este jueves, el ministro de Defensa de Colombia, Juan Manuel Santos, se reunió con el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas norteamericanas, almirante Michael Mulle, quien visita por vez primera el país sudamericano, y ratificó el reforzamiento de los vínculos militares.
Mientras, el oficial estadounidense reconoció que han brindado un importante respaldo a las fuerzas militares colombianas en la lucha contra la guerrilla.

Oliver Stone subrayó en la entrevista que «las FARC son una consecuencia de esta revolución entre quienes tienen y quienes no tienen», y dijo haber crecido viendo películas donde los protagonistas eran personalidades como Emiliano Zapata o Pancho Villa, a quienes valoró de héroes genuinos en su lucha contra las injusticias, reportó la Agencia Bolivariana de Noticias.

Stone también exaltó el rol del mandatario venezolano en el proceso de intercambio humanitario en Colombia, el cual derivó en la entrega por la guerrilla una semana atrás de dos mujeres retenidas desde hacía unos seis años.«Lo que Chávez está proponiendo hacer es poner a las FARC sobre la mesa, como se hizo en Inglaterra con el Ejército Republicano Irlandés (IRA) o como se hizo con la OLP (Organización para la Liberación de Palestina)», subrayó el director de Platoon, Nacido el 4 de Julio, y otros importantes filmes.

http://www.juventudrebelde.cu/

sábado, 19 de enero de 2008

Encuentro de los comunistas de medio oriente


ENCUENTRO REGIONAL DE PARTIDOS COMUNISTAS DEL MEDIO ORIENTE



El pasado 5 de enero de 2008, y bajo el lema "Los últimos acontecimientos recientes en la región. Los planes para el 'Gran Oriente Medio' y la respuesta del Movimiento Comunista y Antiimperialista", se celebró en Atenas un cónclave de partidos comunistas y obreros de aquellos países que pertenecen al área geográfica del sur y el este del Mediterráneo, así como al Mar Rojo y la zona del Golfo Pérsico.



En esta reunión participaron representantes de la Tribuna Democrática Progresista de Bahrein, AKEL (de Chipre), el Partido Comunista de Grecia (KKE), el Partido Tudeh (de Irán), el Partido Comunista de Israel, el Partido Comunista Jordano, el Partido Comunista Libanés, el Partido del Pueblo Palestino, el Partido Comunista Sudanés, el Partido Comunista Sirio, el Partido Comunista de Siria y el Partido Comunista de Turquía. Asimismo, participó Kyriakos Triantafillidis, europarlamentario de AKEL y presidente de la Comisión del Parlamento Europeo para las relaciones con el Consejo Legislativo Palestino; y su colega europarlamentario por el KKE Giorgos Toussas, que también es miembro del anteriormente citado comité. Igualmente asistió y dirigió su saludo a los allí reunidos una delegación del Partido Comunista de Cuba.


El encuentro, que se encargó de organizar y auspiciar en Atenas el KKE, constituye una prolongación de otra reunión precedente, de carácter extraordinario, que tuvo lugar en agosto de 2006 a raíz de la injusta invasión que Israel protagonizó en el Líbano y la agresión continua que se perpetra contra el pueblo palestino. Los partidos de la región debatieron acerca de la escalada que en dicha zona está experimentando la intervención imperialista y los graves problemas que a los pueblos allí ubicados les genera el plan EE.UU.-OTAN para la formación de un "Gran Oriente Medio", así como la ingerencia de las fuerzas más reaccionarias que ha propiciado la denominada "guerra contra el terrorismo", afectando a una muy amplia franja del territorio. La conferencia de Annapolis, recientemente celebrada, y que había sido concebida para adecuarse a las líneas maestras trazadas por unos planes estadounidenses de alcance más general, ha redundado en un empeoramiento y agravamiento de la situación.


Los participantes señalaron que los comunistas se hallan a la vanguardia de la lucha por la democracia y el impulso de los intereses de los pueblos; a la vanguardia también de la lucha política e ideológica que se ha marcado como objetivo exponer y plantar batalla a la acción de aquellas fuerzas políticas que aspiran a sacar provecho de la situación y que se presentan a sí mismas como valedoras y "defensoras" de los pueblos, cuando, en realidad, sólo velan por sus propios intereses particulares y por erigirse en competencia de los Estados Unidos. Se subrayó la necesidad que para la lucha de los pueblos tiene el dotar a esa lucha de unas connotaciones de unidad, de clase y políticas. Se expresó, análogamente, la preocupación que existe ante el azuzamiento de las divisiones y de los conflictos de naturaleza religiosa, sectaria o étnica. Muchos de los participantes denunciaron los planes imperialistas para dividir y desmantelar los países, así como la agresividad de la que el sionismo hace gala en la región.


Los participantes resaltaron la necesidad de trabajar activamente en aras de la creación de un frente político y social unido en la región con un más amplio apoyo internacional de partidos, movimientos y organizaciones, para arremeter contra el plan imperialista que contempla la formación de un "Gran Oriente Medio" y su supuesta "democratización".


A la luz de la evolución reciente de los acontecimientos, los participantes expresaron su preocupación ante la posibilidad de una escalada en la virulencia de los ataques imperialistas contra los pueblos de Líbano, Palestina, Siria, Irán, Irak, Afganistán y Pakistán.


Ante esta situación, los participantes consideran que debe reforzarse el movimiento de solidaridad internacional con los pueblos de la región, así como el apoyo que ha de brindarse a la lucha de las fuerzas democráticas y progresistas de la región por la democracia, la libertad y la justicia social; a una acción libre de trabas y obstáculos sindical y política de aquellas fuerzas que combaten contra el imperialismo; al desarrollo de una actividad en condiciones de plena libertad e legalidad de los movimientos y partidos progresistas.


Recalcaron, asimismo, la necesidad de intensificar aún más la lucha para defender la soberanía nacional y la integridad territorial de cada uno de los países frente a cualquier intervención imperialista que se lleve a cabo bajo cualquier pretexto. Se incidió mucho en el hecho de que la lucha y la resistencia de los pueblos no es terrorismo, sino que es el derecho de cada pueblo para escoger las formas que caractericen su lucha.


Por último, los presentes en la reunión se comprometieron a intensificar su lucha en defensa del derecho inalienable de todos los pueblos para decidir por sí mismos y decidir de manera soberana el futuro de su tierra. Los participantes expresaron su solidaridad con la Cuba socialista, exigiendo el levantamiento del bloqueo estadounidense.
Los participantes exigieron:


• La restauración de la soberanía del Líbano y cese de todo tipo de control y bloqueo aéreo, marítimo y fronterizo del Líbano, así como de las violaciones diarias israelíes. Es necesario realizar reformas para contrarrestar la división del Líbano sobre bases étnicas y religiosas.


• La retirada del ejército israelí de los territorios palestinos, libaneses y sirios ocupados desde 1967, el total desmantelamiento de los asentamientos y la demolición del muro israelí. La creación de un estado palestino con Jerusalén como capital, junto a Israel. La solución del asunto de los refugiados y el retorno de los refugiados palestinos según la resolución 194 de la Asamblea de la ONU y en línea con las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU relativas al tema.


• La liberación inmediata por Israel de todos los presos políticos libaneses, palestinos y de otros países árabes.


• Un Oriente Medio libre de armas nucleares, comenzando por la eliminación del arsenal nuclear de Israel.


• El fin de las amenazas y los actos de intimidación por parte de los EEUU y otras fuerzas imperialistas contra el pueblo de Siria y la liberación de los Altos del Golán.


• El cese de todas las amenazas de ataque militar o imposición de sanciones económicas contra Irán, así como solidaridad con la lucha del pueblo iraní por la paz, la democracia, los derechos humanos y la justicia social.


• La retirada inmediata de las tropas imperialistas de ocupación de Irak y Afganistán, y el derecho de los pueblos a decidir por sí mismos sobre su propio futuro.


• El cese inmediato de las operaciones militares turcas contra los kurdos en el norte de Irak, que son causa de nuevas intervenciones imperialistas.


• La retirada de las fuerzas turcas de ocupación de Chipre y la solución del problema de Chipre de acuerdo con las resoluciones de la ONU, el derecho internacional y los acuerdos de alto nivel que apuestan por una solución de federación bizonal y bicomunal.


• La retirada de todas las bases militares extranjeras de los países de la región. Los participantes se manifestaron contra el establecimiento de nuevas bases.


En el encuentro se discutieron varias propuestas de iniciativas y acciones conjuntas, incluyendo:
- Visitas de delegaciones conjuntas de Partidos Comunistas y Obreros a los países de la región (especialmente al Líbano, Palestina, Siria e Israel).


- Coordinación en el Parlamento Europeo y en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa. Invitaciones a los Partidos Comunistas y Obreros de la región, especialmente del Líbano, Palestina, Siria e Israel, a tomar parte en la sesiones del Parlamento Europeo.


- Continuar con las acciones conjuntas y la movilización de los partidos en el presente año. Aprovechar los actos de masas y las iniciativas como festivales, marchass, etc., para el fortalecimiento de la solidaridad.


- Apoyar las movilizaciones en protesta contra los planes imperialistas para un "Nuevo Oriente Medio" con ocasión de la visita de Bush a Oriente Medio en enero de 2008.


- Presionar a todo gobierno que acepte o no reaccione contra el plan para un "Nuevo Oriente Medio" y no condene la agresividad israelí hacia los pueblos de la región, los asentamientos, el muro divisor y el genocidio contra el pueblo palestino.

viernes, 11 de enero de 2008

Los retos del 2008


LOS RETOS DEL 2008


Por Manuel Guerra

El año que se inicia representa un periodo crucial, pues de lo que se haga o deje de hacer en este lapso va a depender en buena medida el desenlace político del quinquenio iniciado con la elección de Alan García.

Empeñada en continuar con la aplicación del modelo neoliberal, la preocupación central de la derecha es impedir la articulación de un bloque popular alternativo con capacidad de disputarle los espacios de gobierno, tal como ha sucedido en otros países de América Latina. Que se repitan los ejemplos de Venezuela, Bolivia y Ecuador constituyen su verdadera pesadilla que necesita conjurar, y para lograrlo viene implementando una estrategia integral, que acciona en los ámbitos ideológicos, políticos y sociales. Partes de esta estrategia son la profundización de la ofensiva mediática para hacer potable el modelo neoliberal y desprestigiar a las organizaciones y liderazgos populares; la campaña divisionista y de enfrentamiento de pueblo contra pueblo, junto a la promulgación de leyes que afianzan el autoritarismo para neutralizar al movimiento social.
La gran tarea para quienes nos inscribimos en la corriente de cambios profundos para el país consiste asimismo en articular una respuesta integral, única manera de disputar con posibilidades de éxito a la hegemonía de las clases dominantes. Las condiciones, tanto dentro como fuera del país, se presentan favorables, pero aprovecharlas requiere de una mentalidad estratégica, de una férrea voluntad para alcanzar los grandes objetivos y de una firme disposición para superar esquemas, errores, estilos o actitudes que han abonado a la división y fragmentación del movimiento social e impedido la constitución de una fuerza política alternativa al orden de cosas existente.

De todo esto se desprenden los grandes retos que debemos asumir sin demora: El primero de ellos consiste en superar la condición meramente oposicionista de los partidos, anclada en el movimientismo, para pasar a constituirse en alternativa política a los grandes problemas del país. Solo desde la esfera de la lucha política, asumiendo un proyecto de desarrollo independiente y la propuesta de una nueva Constitución, cobra sentido la lucha de ideas en el presente, elemento indispensable para disputar la hegemonía de las clases dominantes.

El segundo reto consiste en construir la gran unidad del pueblo peruano para lograr los grandes cambios que el Perú requiere. Debemos trabajar arduamente para superar la dispersión y fragmentación de las organizaciones populares, fortalecer los gremios, los frentes regionales, las organizaciones campesinas, los movimientos femeninos y juveniles, las organizaciones barriales, incorporar a los movimientos ecologistas, defensores de derechos humanos, sectores de la iglesia progresista, sectores patrióticos, nacionalistas y democráticos, que junto con la izquierda socialista levantan las banderas de cambio para el Perú. En el 2007 se constituyó la Coordinadora Política y Social, que protagonizó las jornadas de Julio y Noviembre y que representa un paso adelante y una base importante para avanzar en esta gran tarea unitaria, la que debe arribar a la Asamblea de los pueblos del Perú. Esta gran unidad necesita de una plataforma que le de horizonte y consistencia.

Sin duda el 2008 no será un lecho de rosas. La profundización del modelo, la postergación de las demandas populares, el entreguismo y la corrupción, la intolerancia y la prepotencia del gobierno, tendrán como respuesta un ascenso de las luchas populares. Quienes oficiamos de vanguardias tenemos el reto de darle consistencia y horizontes a estos movimientos, evitar que se desgasten y cosechen derrotas.

Como dijimos, debemos también asumir el reto de superar la mentalidad y estilos sectarios, la estrechez de miras que non lleva a disputas estériles para beneplácito del enemigo de clase. Cada organización política tiene el perfecto derecho de ensanchar su espacio de influencia y pretender la hegemonía, pero hay que hacerlo con métodos adecuados, poniendo a prueba la justeza de sus planteamientos, trabajando honestamente en las bases.

En lo que respecta a nuestro Partido, además de lo mencionado, en el 2008 tenemos los retos de trabajar por el éxito de la II Conferencia del Trabajo Educacional, el III Congreso del MNI y la campaña de recolección de firmas para su inscripción en el registro de organizaciones políticas, el Congreso de la Juventud Comunista y el VIII Congreso del Partido, todo lo cual nos debe permitir ponernos en mejores condiciones para afrontar nuestra responsabilidad en la lucha de clases que caracteriza el presente periodo.

Estamos convencidos que el 2011 puede marcar un punto de quiebre de alcances estratégicos, en la medida que los sectores del cambio accedan al gobierno del país. Por tanto no se trata de un proceso eleccionario más. Así lo entienden la derecha y el imperialismo y desde hoy trabajan por bloquear esa posibilidad. Nos corresponde trabajar desde hoy para alcanzar el éxito, porque la victoria se construye, no viene de regalo; por ello decíamos que lo que hagamos en el presente año incidirá en el desenlace del periodo.

Un triunfo de los sectores del cambio, no hará sino agudizar las contradicciones, abriendo un periodo de mayores confrontaciones. Para nosotros que tenemos un horizonte socialista y comunista todo esto no representan sino caminos que nos aproximan a nuestros grandes objetivos.

lunes, 7 de enero de 2008

Opinión a fondo

Y EN ESO SE FUE FIDEL

PASCUAL SERRANO

Si hace 17 meses, cuando el presidente cubano Fidel Castro se retiró por problemas de salud de la primera línea política, hubieran preguntado a los españoles cuál sería la situación de Cuba al comienzo de 2008, pocos hubieran afirmado que la normalidad y la institucionalidad sería absoluta.

Esto no quiere decir que lo sucedido –o no sucedido– en Cuba haya sido algo imprevisto o sorprendente, sino que es una muestra del desconocimiento y desinformación que sufre la comunidad internacional sobre la realidad cubana.

Llevamos décadas escuchando la inminencia del derrumbe del socialismo cubano, de un levantamiento popular contra sus gobernantes o de una desesperación ciudadana insostenible.
Sin embargo, desde la enfermedad que obligó a Fidel Castro a delegar sus responsabilidades de jefe de Estado, todos los miembros del gobierno han trabajado con normalidad, el parlamento se ha reunido regularmente, en octubre se celebraron sin incidentes y sin abstención las dos vueltas de sus elecciones locales, y en enero habrá elecciones legislativas. En cambio, en Bélgica, aquí al lado, sin que los medios y analistas hayan comentado tanto, han estado seis meses sin gobierno y ahora están con uno interino. En Cuba ninguna de las previsiones agoreras de desestabilización, crisis de balseros o manifestaciones en el malecón se ha cumplido. La obsesión de algunos por presentar un país sin institucionalidad ha sido tan demente que se ha llegado a pronunciar la Audiencia Nacional española sobre si en estos momentos Fidel Castro era o no jefe de Estado, un despropósito de injerencia y soberbia que sólo puede despertar lógica indignación al otro lado del Atlántico.

Cuba ha asistido a una impecable institucionalidad, su presidente delega su cargo por razones de salud, se le reserva la competencia como asesor temporal en la medida en que su enfermedad se lo permita y se le sustituye por el primer vicepresidente, Raúl Castro, en torno al cual se aglutinan los principales altos cargos del gobierno. Ahora, el 20 de enero, habrá elecciones al Parlamento y se sabe que Fidel será candidato, lo cual indica que se le tiene en consideración para la política cubana, como no podría de ser de otra forma. Y mientras tanto, en Cuba se discute y se debate sobre sus problemas, miles de reuniones de base del Partido Comunista han generado casi dos millones de propuestas que deberán ser atendidas por los responsables oportunos. En estos días, diez Comisiones de Trabajo del Parlamento analizaron y debatieron los principales temas económicos y presupuestarios del país. La producción y distribución de alimentos, la eficiencia, la productividad y la disciplina laboral, la situación energética será abordada sin la presencia de Fidel Castro, en un ejemplo de normalidad política.

Mientras algunos continúan con su ensoñación de desestabilización para Cuba, el país ha logrado producir la mitad del combustible que consume, su histórica pesadilla económica. Su relación comercial con la región no tiene precedentes: a través de Petrocaribe, el ALBA, misiones educativas y sanitarias internacionales, acuerdos bilaterales con numerosos países, etc… En política exterior, su denuncia del bloqueo de Estados Unidos ha alcanzado el máximo apoyo en la historia de una votación en la Asamblea General de la ONU.

Cuba ha sido el país víctima durante más tiempo de la mentira y sobre el que más se nos ha estado engañando. Donde dicen que hay represión y nunca se ha visto a la policía cargar contra una manifestación, donde muchos opositores viven mejor que los ministros, donde se afirma que Internet está prohibido pero lo utilizan gratis en el trabajo todos los estudiantes, los profesores, los médicos, los periodistas… El país al que acusan de estar gobernado por unos dinosaurios comunistas pero su mayor cargo diplomático tiene 44 años, donde dicen que no hay elecciones pero votan voluntariamente y mediante voto secreto el 96 por ciento de los cubanos.

Por supuesto Cuba tiene muchos problemas, incertidumbres y necesidad de cambios. Se trata principalmente de la vivienda, el transporte y la mejora de la producción alimentaria para su población. Pero lo sugerente es que son problemas que ya se vislumbran más fácil de resolver en el socialismo que en el capitalismo. En vivienda la solución es construir, mientras que en España, el mercado no lo resuelve teniendo dos millones de casas vacías. El transporte es más fácil solucionarlo en La Habana mediante una buena red de autobuses, o tranvías, que en ciudades colapsadas como Caracas o México D.F. Y en alimentación, el reto es comenzar a producir en la mitad de las tierras cultivables que se tienen ociosas. Es verdad que también hay problemas de ineficiencia y corrupción, pero en Cuba ninguna persona se embolsa millones de dólares recalificando terrenos como en España, y ningún ministro gasta 150.000 euros en viajes en aviones privados ni 183.000 en protocolo, como hizo Eduardo Zaplana según revela el periodista Alfredo Grimaldos en su último libro. Convencer a los ciudadanos para que trabajen eficazmente en el socialismo no es fácil, en el capitalismo basta con matar de hambre a quienes no lo hagan, por eso uno de los retos de Cuba es encontrar los mecanismos de incentivación que no generen desigualdades insultantes e intolerables.

Esa discusión tampoco se ha evitado, Raúl Castro lo abordó claramente en su discurso del pasado 26 de julio.

Pero lo más indignante para todos los que están obsesionados con derrocar el socialismo cubano y comenzar el saqueo es que todo está sucediendo con Fidel Castro entre bambalinas. Se equivocaron durante décadas planificando la ausencia de Castro y se han vuelto a equivocar ahora que la naturaleza lo ha apartado de la jefatura del gobierno. Son tantas las mentiras sobre Cuba que hasta los mentirosos se las creyeron y ahora no entienden nada.