NEOLIBERALISMO PROFUNDIZA CRISIS POLÍTICA
La forzada renuncia de César Villanueva a la Presidencia del Consejo de Ministros, que conlleva a la quinta recomposición del Gabinete en lo que va del presente gobierno, expresa no solo desavenencias y pujas dentro del Ejecutivo, en el que se deja sentir el predominio del todopoderoso Ministro de Economía, Miguel Castilla, sino fundamentalmente la crisis profunda que afecta al Estado y sistema político del país.
Los graves problemas estructurales acumulados durante el periodo republicano, vienen siendo agravados por la aplicación del modelo neoliberal en el que se imponen los poderes facticos sobre las instituciones, los derechos ciudadanos e, incluso, sobre la recortada democracia liberal que existe en sociedades como la nuestra. A ello se suma la acción de antivalores propios del modelo que contaminan y descomponen a todo el sistema político, en el que se entroniza la mediocridad, la corrupción y el ventajismo.
Ollanta Humala ha devenido en formal gobernante del país, un simple y voluntarioso operador del modelo; no es un personaje que se somete en contra de su voluntad, sino un converso que incesantemente pretende demostrar que merece la confianza de quienes lo mascan pero no lo pasan, en tanto su consorte, mareada con su pequeña cuota de poder, juega a la intriga, pretendiendo que es ella la que manda en Palacio.
En medio de esta crisis política la arremetida reaccionaria neoliberal, echando mano a un creciente autoritarismo respaldado por la acción mediática, gana terreno sin encontrar mayores obstáculos. Esto es así, debido no a la fuerza del modelo, sino a la debilidad de las fuerzas oponentes, entre ellas la dispersión y fragmentación del movimiento social, la fragilidad de las fuerzas de izquierda que, no obstante las condiciones favorables, no encuentran los caminos para fortalecerse desde las bases, recuperar la iniciativa política, acelerar el proceso unitario y disputar con éxito los espacios políticos, sociales, ideológicos, programáticos y culturales ganados por el capitalismo salvaje.
Superar esta situación es lo central que debe preocuparnos a quienes apostamos por un cambio verdadero. Solo podremos lograrlo no desde la estrechez y la disputa por ventajas coyunturales, sino asumiendo las tareas del presente con un sentido de responsabilidad histórica, la visión grande de la política, la demostración que para nosotros la política es el espacio de actuación para servir al país y al pueblo; que solo unidos podemos abrir un nuevo rumbo a nuestra patria.
Lima, 25 de febrero del 2014
¡POR UN GOBIERNO, DEMOCRÁTICO, PATRIÓTICO, DESCENTRALISTA,
DE ANCHA BASE SOCIAL!