¡BASTA DE ENTREGUISMO, NO AL TLC CON CHILE!
La mentalidad apátrida y entreguista de las clases dominantes peruanas y su representante de turno -el gobierno de Alan García-, no tiene límites. Tampoco su compromiso con el neoliberalismo y la derecha más conservadora, que confunde los intereses de la Nación y el Estado y los subordina a los del mercado.
Desoyendo la experiencia histórica, ignorando la existencia de problemas limítrofes irresueltos con el país del Sur, se ha firmado un Tratado de Libre Comercio con Chile totalmente lesivo a los intereses nacionales. Para llevarlo a cabo el gobierno aprista ha mantenido en el más absoluto secreto los términos del Tratado, y para evitar que su aprobación pase por el Congreso ha recurrido a la argucia de disfrazarlo como un simple “Acuerdo de Complementación Económica”, en abierta violación de las normas constitucionales.
En los últimos años, al amparo del catecismo neoliberal, se ha permitido que capitales chilenos se vuelvan dominantes en algunos rubros de la economía, incluidos sectores de orden estratégico. Es conocida la pretensión chilena de convertirse en la potencia del pacífico Sur e impedir a toda costa que el Perú le dispute este espacio. La política expansionista de Chile que provocó la infausta Guerra del Pacífico en la que el Perú fue devastado y mutilado territorialmente, no ha variado en el presente. No hay que olvidar que Chile pretende modificar a su favor los límites marítimos con el Perú, ni la carrera armamentista en que se ha embarcado, ni su política antiperuana que lo llevó a dotar de armas al Ecuador en pleno conflicto del Cenepa, violando su condición de país garante del Protocolo de Río de Janeiro.
Mediante el vergonzoso Tratado el Perú se subordina a los intereses chilenos. Mientras que las inversiones chilenas no se discriminan y tienen en nuestro país una protección sin límites, por el contrario las inversiones peruanas podrían ser rechazadas y sus utilidades retenidas hasta por cinco años. El Perú respecto a Chile se coloca en una posición de exportador de materias primas, mientras que del país del sur nos venden productos elaborados y sus capitales se orientan al comercio, servicios, industrias, compras de tierras, entre otros. Este TLC abre las puertas para la consolidación de la presencia y hegemonía de Chile en el Perú, cuya pretensión es impedir el desarrollo de la industria y el aparato productivo nacionales, la restricción de la regulación del espacio y transporte aéreo, contar con las facilidades para ingresar a los puertos del Perú.
Mientras el capital chileno se posiciona de sectores estratégicos como el espacio aéreo y los puertos, cuenta con bancos, el Perú no puede hacer lo mismo en Chile. 6,500 millones de dólares de inversión en el Perú a su favor, tiene como contraparte apenas 400 millones de dólares de capital peruano. Estamos, pues, frente a un tratado desigual, entreguista y antipatriota.
No solo eso. En el Tratado Chile ratifica lo que señala su Constitución sobre la definición de lo que es el territorio, en tanto que el Perú se hace una interpretación y no se considera el dominio marítimo. En clara vulneración a la soberanía nacional, el Perú acepta que cualquier controversia de las empresas chilenas en nuestro territorio lo resuelvan tribunales internacionales; en el mismo sentido renuncia a su derecho de expropiación de empresas chilenas por razones de seguridad nacional, lo que constituye una actitud lacayuna, sobre todo si se trata de un país limítrofe con quienes tenemos serios conflictos históricos no resueltos. Tampoco el Perú asume una posición digna cuando le concede a Chile ventajas sobre el tema de propiedad intelectual, si tenemos en cuenta la política de permanente usurpación de ese país respecto a productos, conocimiento y cultura de origen peruano.
No solo eso. En el Tratado Chile ratifica lo que señala su Constitución sobre la definición de lo que es el territorio, en tanto que el Perú se hace una interpretación y no se considera el dominio marítimo. En clara vulneración a la soberanía nacional, el Perú acepta que cualquier controversia de las empresas chilenas en nuestro territorio lo resuelvan tribunales internacionales; en el mismo sentido renuncia a su derecho de expropiación de empresas chilenas por razones de seguridad nacional, lo que constituye una actitud lacayuna, sobre todo si se trata de un país limítrofe con quienes tenemos serios conflictos históricos no resueltos. Tampoco el Perú asume una posición digna cuando le concede a Chile ventajas sobre el tema de propiedad intelectual, si tenemos en cuenta la política de permanente usurpación de ese país respecto a productos, conocimiento y cultura de origen peruano.
Pero nada de esto interesa al gobierno de Alan García y a la derecha apátrida. Su política de abordar el problema de límites con Chile “por cuerdas separadas” demuestra una gran irresponsabilidad y falta de previsión, pues con acuerdos como éste permitimos el fortalecimiento económico, militar y estratégico de Chile a costa nuestra, y que en un eventual fallo favorable para el Perú en la Haya, estemos en tal grado de inferioridad que no tengamos la fuerza para imponerlo.
Por todo lo descrito, llamamos a todos los sectores del país a unirnos en defensa de la patria y rechazar el TLC con Chile por ser lesivo a los intereses nacionales. Es hora de pronunciarse y de movilizarse. ¡Esta nueva traición no debe pasar! ¡No más entreguismo e irresponsabilidad! ¡Salgamos al frente para defender nuestros recursos, soberanía, integridad territorial y dignidad nacional! ¡Fuera los vendepatria! El Perú sí tiene salida, solo la gran unidad de nuestro pueblo puede lograrlo.
Perú, 07 de marzo del 2009
Buró Político del Comité Central
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