DISCURSO DEL SECRETARIO GENERAL DEL PARTIDO COMUNISTA DEL PERÚ- PATRIA ROJA, EN EL CEMENTERIO PRESBÍTERO MAESTRO, CON MOTIVO DE LA ROMERÍA A LA TUMBA DE JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI, POR LOS 78 AÑOS DE SU MUERTE.
Camaradas, compañeros todos:
Nos convoca en esta ocasión, rendir homenaje a la memoria de José Carlos Mariátegui. Nos habría gustado que hubiésemos estado aquí todos los que pensamos en Mariátegui, los que creemos como él y que el futuro del Perú para salir de esa larga oscuridad que es nuestro presente está en el socialismo. Desafortunadamente no es así; no importa, desde acá sigamos bregando para buscar también la unidad en la acción y para demostrar que el pensamiento y la obra de Mariátegui están más vigentes que nunca. Más vigente que nunca porque seguramente la ocasión histórica que vivimos es una ocasión extraordinariamente importante que le hubiese gustado vivir y enfrentado al Amauta.
Una ocasión donde la posibilidad de derrotar a las fuerzas de la derecha están a las puertas, donde millones de gentes buscan el cambio para terminar con todo lo que significa el neoliberalismo, el capitalismo y el dominio imperialismo sobre nuestra sociedad.
Esa posibilidad extraordinaria es la que tiene asustada a la derecha; toda esta política autoritaria, macartista que ustedes observan como se viene desarrollando tiene como trasfondo el miedo a la rebelión de los pobres. Miedo a que las fuerzas del cambio les originen una derrota fundamental en los próximos años.
No hay que ver la política de hoy solamente como un conjunto de reivindicaciones legitimas, por cierto, hay que verla como el reto que tenemos los hombres y mujeres de izquierda para por primera vez en la historia del país, dentro de un marco de liberalismo de su democracia, poder derrotar a la derecha como la hicieron los pueblos de Venezuela, Ecuador o Bolivia.
Tenemos que prepararnos para ese evento, tenemos que organizarnos con ese objetivo, tenemos que trabajar con la voluntad de vencer. No nos convenzamos de que nuestro papel simplemente es de oposición; convenzámonos de que nuestro papel es cambiar el destino de esta nación y para ello tenemos que conquistar el gobierno y conquista el poder y esa posibilidad está al frente si es que logramos la gran unidad para el gran cambio en el Perú.
El mejor homenaje que le podemos rendir a Mariátegui no es solamente una romería; el mejor homenaje es darle una victoria definitiva para cambiar el destino de la nación. El mejor homenaje es construir una fuerza poderosa que haga posible estos cambios. Para ello los partidos tenemos que trabajar con una mentalidad distinta, para ello tenemos que ir a la conquista de la conciencia de los pueblos; para ello tenemos que forjar esa gran unidad que le de sentido a millones de hombres y mujeres.
Donde quiera que nos dirijamos, donde quiera que estemos, el llamado de la gente es la unidad, esa tiene que ser la llave maestra de esta victoria, solamente unidos podemos derrotar a la derecha y podremos frenar esta contraofensiva represiva y macartista. Solamente unidos podremos defendernos del saqueo de nuestros recursos naturales, solamente unidos podremos defender el derecho de los trabajadores y los campesinos, solo unidos podremos abrir un nuevo curso para la educación y un mejor destino para la nación. Por eso tenemos que mentalizarnos de que nuestra responsabilidad es enorme, tenemos que trabajar con esa visión, con esa perspectiva, con esa entereza, con esa voluntad. Ya no más pesimismo compañeros, ya no es hora de encarar las autocríticas y los golpes de pecho, es la hora de rectificar y avanzar; ayá los que quieran llorar, el futuro pertenece a los que se atreven a luchar, a los que se atreven a vencer, a los que se atreven a unirse con las masas.
Quiero que por eso, en esta ocasión sirva para afirmar esa voluntad de victoria, para organizarnos mejor, para incorporar a miles de hombres y mujeres. Esa es la responsabilidad histórica y el mejor homenaje al Amauta.
Nos convoca en esta ocasión, rendir homenaje a la memoria de José Carlos Mariátegui. Nos habría gustado que hubiésemos estado aquí todos los que pensamos en Mariátegui, los que creemos como él y que el futuro del Perú para salir de esa larga oscuridad que es nuestro presente está en el socialismo. Desafortunadamente no es así; no importa, desde acá sigamos bregando para buscar también la unidad en la acción y para demostrar que el pensamiento y la obra de Mariátegui están más vigentes que nunca. Más vigente que nunca porque seguramente la ocasión histórica que vivimos es una ocasión extraordinariamente importante que le hubiese gustado vivir y enfrentado al Amauta.
Una ocasión donde la posibilidad de derrotar a las fuerzas de la derecha están a las puertas, donde millones de gentes buscan el cambio para terminar con todo lo que significa el neoliberalismo, el capitalismo y el dominio imperialismo sobre nuestra sociedad.
Esa posibilidad extraordinaria es la que tiene asustada a la derecha; toda esta política autoritaria, macartista que ustedes observan como se viene desarrollando tiene como trasfondo el miedo a la rebelión de los pobres. Miedo a que las fuerzas del cambio les originen una derrota fundamental en los próximos años.
No hay que ver la política de hoy solamente como un conjunto de reivindicaciones legitimas, por cierto, hay que verla como el reto que tenemos los hombres y mujeres de izquierda para por primera vez en la historia del país, dentro de un marco de liberalismo de su democracia, poder derrotar a la derecha como la hicieron los pueblos de Venezuela, Ecuador o Bolivia.
Tenemos que prepararnos para ese evento, tenemos que organizarnos con ese objetivo, tenemos que trabajar con la voluntad de vencer. No nos convenzamos de que nuestro papel simplemente es de oposición; convenzámonos de que nuestro papel es cambiar el destino de esta nación y para ello tenemos que conquistar el gobierno y conquista el poder y esa posibilidad está al frente si es que logramos la gran unidad para el gran cambio en el Perú.
El mejor homenaje que le podemos rendir a Mariátegui no es solamente una romería; el mejor homenaje es darle una victoria definitiva para cambiar el destino de la nación. El mejor homenaje es construir una fuerza poderosa que haga posible estos cambios. Para ello los partidos tenemos que trabajar con una mentalidad distinta, para ello tenemos que ir a la conquista de la conciencia de los pueblos; para ello tenemos que forjar esa gran unidad que le de sentido a millones de hombres y mujeres.
Donde quiera que nos dirijamos, donde quiera que estemos, el llamado de la gente es la unidad, esa tiene que ser la llave maestra de esta victoria, solamente unidos podemos derrotar a la derecha y podremos frenar esta contraofensiva represiva y macartista. Solamente unidos podremos defendernos del saqueo de nuestros recursos naturales, solamente unidos podremos defender el derecho de los trabajadores y los campesinos, solo unidos podremos abrir un nuevo curso para la educación y un mejor destino para la nación. Por eso tenemos que mentalizarnos de que nuestra responsabilidad es enorme, tenemos que trabajar con esa visión, con esa perspectiva, con esa entereza, con esa voluntad. Ya no más pesimismo compañeros, ya no es hora de encarar las autocríticas y los golpes de pecho, es la hora de rectificar y avanzar; ayá los que quieran llorar, el futuro pertenece a los que se atreven a luchar, a los que se atreven a vencer, a los que se atreven a unirse con las masas.
Quiero que por eso, en esta ocasión sirva para afirmar esa voluntad de victoria, para organizarnos mejor, para incorporar a miles de hombres y mujeres. Esa es la responsabilidad histórica y el mejor homenaje al Amauta.
¡Viva José Carlos Mariátegui!, ¡Viva el socialismo!
Gracias