"En la reunión del G-20 tendría mayor confianza en Chávez o Lula que en Zapatero"
El senador francés Jean-Luc Mélenchon, uno de los artífices de la victoria del No social a la Constitución Europea en 2005, acaba de dar el portazo al Partido Socialista (PS) para fundar el Partido de Izquierda (PdG, en sus siglas en francés), acompañado por el diputado Marc Dolez. El objetivo de Mélenchon es servir de puente y aglutinante en el inmenso mundo de las fuerzas francesas situadas a la izquierda del PS. Un mundo que, desde principios de los años noventa y el referéndum francés sobre el Tratado de Maastricht, reúne entre un 15% y un 20% de votos en las elecciones.
Cuando el PS empieza a sumirse en tratos oscuros y peleas entre corrientes de cara al congreso de Reimsy la elección de primer secretario, Mélenchon espera que la propuesta de un mensaje claro situado a la izquierda pegue en el electorado y provoque el surgimiento de un Die Linke (La Izquierda, el partido alemán de Oskar Lafontaine) a la francesa.
Usted acaba de abandonar el PS para fundar el nuevo Partido de Izquierda ¿Por qué?
Yo digo a mis camaradas que el PS ya no es el partido al que se afiliaron hace quince, veinte, o treinta años. Hay que calibrar bien lo que significa la victoria de Ségolène Royal, con casi un 30% del voto de los militantes, y casi un 80% de votos en global para las mociones de tendencia social-liberal. Se puede felicitar a Ségolène Royal como mujer política perseverante. Pero la consecuencia de su victoria es, claramente, un partido que evoluciona hacia el centro, se instala en el social-liberalismo y acepta la construcción europea en sus orientaciones actuales. Un partido que ha renunciado a oponerse frontalmente a la derecha y que, a menudo, se abstiene con algunas precauciones formales frente al ataque generalizado a los derechos sociales. Nosotros asumimos nuestras responsabilidades. Hemos decidido correr el riesgo de crear el Partido de Izquierda, siguiendo los pasos de Oskar Lafontaine en Alemania. Queremos volver a colocar el socialismo republicano en el corazón de la izquierda.
¿No tiene miedo de terminar como el precedente escindido, Jean-Pierre Chevènement, que se quedó aislado y acabó buscando un apaño con el PS?
Nosotros vamos a crear un partido, el Partido de Izquierda y no un seguro de vida. Crear el Partido de Izquierda significa ser actor de la escena política e influir en el rumbo de la sociedad a escala europea. Vamos a pelear para crear un Frente de las Izquierdas, con el Partido Comunista (PCF), los republicanos, los socialistas que decidan sumarse a nuestro trabajo y los ecologistas de progreso. Ese Frente de las Izquierdas irá a las elecciones europeas. El sufragio universal dirá si estamos aislados o no, pero no éste u otro comentarista. En cuanto a Chevènement, déjeme que le diga que el Movimiento Republicano y Ciudadano, que él creó es una de las fuerzas con las que ya estamos conversando, al igual que con el PCF y el Nuevo Partido Anticapitalista de Olivier Besancenot.
Usted explica que el giro liberal del PS francés es una deriva general europea, incluida España.
Es un fenómeno mundial. Y la crisis del capitalismo es el colmo del ridículo de esta orientación que destruyó a la izquierda. Italia es el mejor ejemplo.
Usted piensa que no tiene sentido buscar la victoria electoral en el centro, sino yendo en busca del voto de las clases más modestas.
¡Pero eso ya era cierto antes! Fue la deriva socialdemócrata y liberal de los partidos socialistas europeos la que ha llevado a la actual situación. En la Unión Europea, o bien gobierna la derecha con su programa, o bien gobierna la derecha con su programa y el apoyo de un partido social-liberal es el caso de Alemania o bien la izquierda ocupa el espacio de la derecha, como en Reino Unido.
Un detractor de la opción Die Linke podría objetarle que esa fuerza lo único que ha hecho es obligar a los socialdemócratas a inclinarse a la derecha.
¡Ah! ¿Porque si no existiera Die Linke, el SPD se volvería revolucionario? ¡Qué visión absurda! Ahí toca recordar que hoy la izquierda es mayoritaria en Alemania porque surgió Die Linke. El SPD ha tomado una decisión deliberada de gobernar con la derecha.
Pero su escisión del PS... Frente al sarkozysmo agresivo ¿No sería mejor constituir una fuerza de amplia base electoral desde el centro hasta la extrema izquierda, como el PSOE español?
Esa oportunidad no existe concretamente en Francia. La realidad del PS francés es la línea Ségolène Royal y su alianza con el centro.
Dígame tres líneas directrices claras de un programa para un Frente de las Izquierdas europeas.
Respeto de la soberanía del pueblo en Europa, armonización de las normas sociales europeas alineándolas con las mejores que existen en cada país y no con las peores y planificación ecológica.
Ha hablado usted de las tensiones que van a agravarse. ¿En qué está usted pensando?
Por un lado, las tensiones entre clases. Con la crisis financiera, los Gobiernos van a hacer que sean los contribuyentes quienes paguen y las grandes empresas harán que los asalariados paguen. Pero creo que también corremos riesgos de tensiones entre las grandes naciones. Desgraciadamente, de una guerra a otra no hay más que un paso... O sea que el Partido de Izquierda, mejor que seguir servilmente a Estados Unidos a donde quiera hacer la guerra, va a asumir sus responsabilidades. Por eso el 29 de noviembre en la región de París, en nuestro mitin de lanzamiento del Partido de Izquierda estará presente Oskar Lafontaine. Nos damos la mano, alemanes y franceses, porque somos internacionalistas, pacíficos, europeosy solidarios.
¿Cree usted poder movilizar el voto popular francés?
En cualquier caso es indispensable intentarlo si queremos que algún día llegue a aplicarse un proyecto de izquierda. Y, para eso, es necesario un programa claro dirigido a las clases populares.
¿Para cuándo el momento en que su Frente de las Izquierdas superará a un PS embarrancado en sus alianzas centristas? ¿Para las europeas de 2009?
Sí, ese es nuestro objetivo, alcanzarlo en las europeas de 2009.
Rodríguez Zapatero, con silla francesa, será el único dirigente de izquierdas presente en elG-20 al frente de una nación del primer mundo. ¿Cuál debería ser su posición para que un partido como el suyo pudiera apoyarlo?
Yo tendría mayor confianza si fuera Chávez o Lula quien hablara en nuestro nombre, en nombre de la izquierda.
¿Francia puede resistir sola la ofensiva neoliberal?
Los bolivianos y los ecuatorianos resisten bien y eso que son países pobres y su gente tiene pocos medios. Francia, la quinta potencia mundial, puede hacerlo al menos igual de bien, para cambiar el orden de las cosas y poner la política al servicio de la mayor parte de la gente.