martes, 13 de noviembre de 2012

A 95 años de la Revolución de Octubre



La vigencia de una causa




Por Luis Gárate*

Un nuevo aniversario de la Revolución de Octubre ha pasado como un hecho  casi desapercibido en nuestra tierra, pero cabe recordar que este hecho histórico tiene una importancia vital en el accionar y horizonte de las organizaciones de la izquierda y de los comunistas.

Normalmente leemos los cásicos de Marx, Engels y los escritos de Lenin, antes, durante y después de los acontecimientos de octubre de 1917. Pero es también muy importante revisar el contexto histórico de ese proceso que marcó claramente el devenir de todo el siglo XX y que aún resuena en este nuevo siglo.

A comienzos del siglo pasado José Carlos Mariátegui siguió con especial atención los acontecimientos de Rusia, no solo como imparcial observador sino como firme adherente de la primera revolución proletaria y socialista a nivel mundial.

Diría en uno de sus artículos sobre el proceso: “La revolución rusa, que como toda gran revolución histórica, avanza por una trocha difícil que se va abriendo ella misma con su impulso, no conoce hasta ahora días fáciles ni ociosos. Es la obra de hombres heroicos y excepcionales y, por este mismo hecho, no ha sido posible sino con una máxima y tremenda tensión creadora. El Partido bolchevique por tanto no es ni puede ser una apacible y unánime academia”.

A la luz de lo que sabemos ahora, y el tiempo recorrido, resaltamos 3 rasgos centrales de la Revolución de 1917: 1) se sustentó básicamente en sacar a Rusia de una guerra sangrienta y en dar protagonismo y atención social a las clases populares; 2) para la revolución fue necesario un partido organizado con fuerte base obrera y militar, que garantice el éxito de una insurrección, la toma del gobierno y la consolidación del nuevo poder, 3) la Revolución de Octubre permitió la aparición de una potencia socialista, que disputó la hegemonía mundial con el capitalismo occidental, desde lo militar, ideológico, económico, tecnológico y social (la Unión Soviética y su esfera de influencia). Después de octubre de 1917, y centralmente después de la II Guerra mundial, se fue configurando un mundo bipolar que desde el lado soviético inspiró y auspició la liberación de muchos pueblos del mundo del control capitalista y colonial.

El ejemplo de Octubre nos trae a colación ideas centrales como revolución y socialismo, términos hoy asociados en los medios neoliberales  a “extremismo” o “lucha armada”. Revolución implica una transformación radical desde las bases mismas de la sociedad.

¿El Perú actual necesita una revolución? creemos que si, pues hay aspectos centrales como la corrupción o la ineficiencia que son males endémicos de este Estado y que es necesario atacarlos de raíz y no solo con algunas reformas parciales.

¿Se puede hacer una revolución en democracia? las experiencias progresistas de Latinoamérica nos muestran esa vía. A partir de victorias electorales y del diseño de nuevas constituciones se ha empezado a desmontar el estado neoliberal, sentado las bases de democracias con mayor protagonismo popular, así como una mayor distribución de la riqueza y control sobre el mercado.

¿El socialismo tiene una sola vía? Después del colapso de la experiencia soviética y el bloque del este, el modelo de planificación central de la economía, sociedad con fuerte control estatal y partido único entró seriamente en cuestión. Ha tenido variantes e importantes revisiones en los casos donde todavía los comunistas tienen la conducción estatal, como China, Cuba, Vietnam, Laos, entre otros. La conducción comunista de estos países (especialmente los asiáticos) se ha insertado en el capitalismo global de acuerdo a sus necesidades geopolíticas de estados nacionales y han potenciado sus fuerzas productivas, incorporando importantes flujos de capitales privados extranjeros, pero siempre bajo una clara orientación estatal.

Es cierto que hay que ver los hechos históricos en su debido contexto y realidad concreta, y la Revolución de octubre no era ni es replicable, pero como marxistas e internacionalistas no podemos ver los hechos aislados. Luchamos por una revolución peruana, con sus propias particularidades, pero eso no nos impide estudiar experiencias de fuera críticamente y sacar lecciones. Los comunistas del siglo XXI seguiremos luchando, como lo hicieron los bolcheviques liderados por Lenin,  por la transformación social y la superación del capitalismo, que hoy conduce al mundo a la concentración de la riqueza, el consumismo insostenible y la destrucción del medio ambiente

* Dirigente de la JotaCé - Patria Roja

No hay comentarios: