La
vigencia de una causa
Por Luis Gárate*
Un nuevo aniversario de la
Revolución de Octubre ha pasado como un hecho casi desapercibido en nuestra tierra, pero
cabe recordar que este hecho histórico tiene una importancia vital en el
accionar y horizonte de las organizaciones de la izquierda y de los comunistas.
Normalmente
leemos los cásicos de Marx, Engels y los escritos de Lenin, antes, durante y
después de los acontecimientos de octubre de 1917. Pero es también muy
importante revisar el contexto histórico de ese proceso que marcó claramente el
devenir de todo el siglo XX y que aún resuena en este nuevo siglo.
A comienzos del siglo pasado
José Carlos Mariátegui siguió con especial atención los acontecimientos de
Rusia, no solo como imparcial observador sino como firme adherente de la
primera revolución proletaria y socialista a nivel mundial.
Diría en uno de sus
artículos sobre el proceso: “La
revolución rusa, que como toda gran revolución histórica, avanza por una trocha
difícil que se va abriendo ella misma con su impulso, no conoce hasta ahora
días fáciles ni ociosos. Es la obra de hombres heroicos y excepcionales y, por
este mismo hecho, no ha sido posible sino con una máxima y tremenda tensión
creadora. El Partido bolchevique por tanto no es ni puede ser una apacible y
unánime academia”.
A la luz de lo que sabemos
ahora, y el tiempo recorrido, resaltamos 3 rasgos centrales de la Revolución de
1917: 1) se sustentó básicamente en sacar a Rusia de una guerra sangrienta y en
dar protagonismo y atención social a las clases populares; 2) para la revolución
fue necesario un partido organizado con fuerte base obrera y militar, que
garantice el éxito de una insurrección, la toma del gobierno y la consolidación
del nuevo poder, 3) la Revolución de Octubre permitió la aparición de una
potencia socialista, que disputó la hegemonía mundial con el capitalismo
occidental, desde lo militar, ideológico, económico, tecnológico y social (la
Unión Soviética y su esfera de influencia). Después de octubre de 1917, y
centralmente después de la II Guerra mundial, se fue configurando un mundo
bipolar que desde el lado soviético inspiró y auspició la liberación de muchos
pueblos del mundo del control capitalista y colonial.
El ejemplo de Octubre nos
trae a colación ideas centrales como revolución y socialismo, términos hoy
asociados en los medios neoliberales a
“extremismo” o “lucha armada”. Revolución implica una transformación radical
desde las bases mismas de la sociedad.
¿El Perú actual necesita una
revolución? creemos que si, pues hay aspectos centrales como la corrupción o la
ineficiencia que son males endémicos de este Estado y que es necesario
atacarlos de raíz y no solo con algunas reformas parciales.
¿Se puede hacer una
revolución en democracia? las experiencias progresistas de Latinoamérica nos muestran
esa vía. A partir de victorias electorales y del diseño de nuevas
constituciones se ha empezado a desmontar el estado neoliberal, sentado las bases
de democracias con mayor protagonismo popular, así como una mayor distribución
de la riqueza y control sobre el mercado.
¿El socialismo tiene una
sola vía? Después del colapso de la experiencia soviética y el bloque del este,
el modelo de planificación central de la economía, sociedad con fuerte control
estatal y partido único entró seriamente en cuestión. Ha tenido variantes e
importantes revisiones en los casos donde todavía los comunistas tienen la
conducción estatal, como China, Cuba, Vietnam, Laos, entre otros. La conducción
comunista de estos países (especialmente los asiáticos) se ha insertado en el
capitalismo global de acuerdo a sus necesidades geopolíticas de estados
nacionales y han potenciado sus fuerzas productivas, incorporando importantes
flujos de capitales privados extranjeros, pero siempre bajo una clara
orientación estatal.
Es cierto que hay que ver
los hechos históricos en su debido contexto y realidad concreta, y la
Revolución de octubre no era ni es replicable, pero como marxistas e internacionalistas
no podemos ver los hechos aislados. Luchamos por una revolución peruana, con
sus propias particularidades, pero eso no nos impide estudiar experiencias de
fuera críticamente y sacar lecciones. Los comunistas del siglo XXI seguiremos
luchando, como lo hicieron los bolcheviques liderados por Lenin, por la transformación social y la superación
del capitalismo, que hoy conduce al mundo a la concentración de la riqueza, el
consumismo insostenible y la destrucción del medio ambiente
* Dirigente de la JotaCé - Patria Roja
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