Por: Arturo Ayala Del Río
“No es que los hombres hacen los pueblos,
sino que los pueblos, en su hora de génesis, suelen ponerse, vibrantes
y triunfantes, en un hombre.”
José Martí.
Millones de personas llenan calles y plazas de toda Venezuela, se forman colas de 7 kilómetros bajo el sol caraqueño para despedir al comandante de América; artistas, deportistas y representantes de la política y la religión del mundo entero la patria de Bolívar. Más de 55 delegaciones de gobierno, entre los cuales se encuentran dirigentes de la talla de Raúl Casto, Lula Da Silva, José Mujica, Ahmadineyad, Alexander Lukashenko, e incluso de los Estados Unidos. En distintos países del mundo se reúnen cientos e incluso miles de personas para rendir homenaje al comandante de América, estas reacciones no son fruto del azar, y es que, “para saber lo que significa Hugo Chávez basta ver quienes lo acompañan y quienes celebran en esta hora.”
Por otro lado, los medios de comunicación y las élites conservadoras no pierden el tiempo, sus intelectuales reflexionan sobre una “inminente transición” y el fin del “chavismo”. Un ejemplo de lo más bajo y vil de estas reacciones fue el bochornoso espectáculo del Congresista Luis Galarreta (PPC) ante el minuto de silencio del parlamento peruano por el anuncio del fallecimiento de Hugo Chávez. Pese a ello, nada de lo que expresen los representantes de la derecha podrá borrar de la historia los gestos de solidaridad de la Venezuela bolivariana con el mundo, el Perú fue no fue la excepción. El Gobierno Bolivariano de Venezuela nos brindó su apoyo frente al terremoto que afectó Ica, las brigadas médicas atendieron a nuestros compatriotas de manera integral y, como si no fuera suficiente, asumió la construcción de 100 viviendas de la urbanización Simón Bolívar en Chincha y otras estructuras para beneficio de las personas afectadas. Por otro lado, una gran cantidad jóvenes peruanos se han beneficiado con becas de estudios y deporte en ese país hermano. En cuanto a la salud, las operaciones gratuitas, con la Misión Milagro y otras, han cambiado la vida de cientos de peruanas y peruanos. Es por ello que a pesar de la ofensiva mediática contra el proceso bolivariano se han registrado movilizaciones en las principales ciudades de nuestro país.
El sólo hecho de que la contundencia de la expresiones populares registradas en Venezuela rebasen el cerco mediático y puedan ser apreciadas, por el mundo entero, es ya un triunfo más de la revolución, una muestra de su fortaleza. Gracias a Chávez, América Latina, pasó de ser el “patio trasero” de Estados Unidos, a ser vista como una región de resistencia y lucha antiimperialista. Sólo la partida de Hugo Chávez podía convertir la elección del sumo pontífice de la iglesia católica en un hecho de segundo orden. Murió el hombre y nació el mito.
Confirmadas las elecciones generales para el domingo 14 de abril no hay duda de un contundente triunfo bolivariano. La debilitada oposición viene de perder por más de 10% en las últimas elecciones generales y de sufrir su más duro golpe en las elecciones regionales, en donde el PSUV ganó en 20 Estados de 23 posibles. En el Estado de Miranda, un supuesto bastión de la oposición, Capriles logró su reelección por sólo un 4% de diferencia frente a Elías Jaua (PSUV), además están presentes los conflictos internos de la MUD, con denuncias de corrupción e incluso la renuncia de parlamentarios a su bancada. A esto le sumamos el aluvión social que ha provocado la partida de Chávez. En resumen, el triunfo de las fuerzas bolivarianas es inminente, y el enemigo sabe eso, por ello fuerzas externas colaborarán con sus aliados locales para desestabilizar Venezuela y poner en duda la legitimidad de los resultados electorales. No se puede descartar ningún escenario, ya que el imperialismo no escatimará esfuerzos para destruir el proceso bolivariano.
Finalmente, y a nivel personal, no tengo más que agradecer a la memoria del comandante. En agosto de 2005, en el marco del XVI Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes en Caracas, miles de jóvenes pudimos verlo y escucharlo por primera vez y, en la fuerza de sus palabras y la contundencia de su espíritu, nos dimos cuenta que un mundo mejor es posible; hoy día nos ha demostrado con su ejemplo, que es posible y es un deber dar hasta el último suspiro a la causa que nos moviliza: la liberación de la humanidad, el socialismo.
Muchas gracias comandante.
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