lunes, 2 de septiembre de 2013

02 de Setiembre de 1988: Asesinato de Leoncio Amaya, médico y militante comunista

LEONCIO AMAYA TUME, UN EJEMPLO DE REVOLUCIONARIO

Este 2 de setiembre recordamos que en una calle oscura del  distrito de La Unión del Bajo Piura, el médico Leoncio Amaya Tume, fue emboscado y acribillado por manos criminales. Era 1988, el APRA estaba en el Gobierno,  y el Comando Rodrigo Franco actuaba impunemente.
A continuación distintos testimonios extraídos del libro “¡Leoncio Amaya Tume, Presente!”, que el Partido Comunista del Perú, Patria Roja, publicó en Piura.
“Fuimos amigos y camaradas que estrecharon sus lazos de amistad y fraternidad revolucionaria en la actividad política del Partido. Lo vi forjarse como un comunista íntegro, franco, abnegado, capaz de ese batallar sin tregua ni descanso que es construir el Partido y organizar la transformación de la sociedad peruana”.
“Terminados sus estudios y graduado como médico pudo elegir una ciudad importante donde ejercer su profesión. Prefirió retornar a su pueblo de origen, La Unión, para trabajar con los suyos. Los campesinos, los olvidados de siempre, requerían sus servicios profesionales. Pero sobre todo necesitaban su labor orientadora. Allá fue” .
Alberto Moreno, Presidente del PC del P, PR.
“Camarada y amigo, seguiremos tu ejemplo. Lucharemos y trabajaremos por la causa por la que tú te sacrificaste. Tus afanes, tus sueños, todo habrá de realizarse si el pueblo se mantiene firme. Y,  un día cuando el sol de la libertad ilumine el país, tú estarás para siempre con nosotros. No olvides que cuando los pueblos despiertan saben ser fieles a sus maestros y guías”.
Julio Yovera.
“Nosotros somos humildes. Lo que ganaba mi Manuel (se refiere a Don Manuel Amaya Ayala, padre de Leoncio) no alcanzaba. Mis hijos tenían  que trabajar. Leoncio también tenía que ayudarse a sus estudios y trabajaba ocasionalmente, vendía pan, dulces, periódicos, y también fruta y raspadilla. No me siento avergonzada de decirlo; trabajar no es afrenta ni motivo de vergüenza”
Manuela Asunción Tume, madre de Leoncio.
“Leoncio realizó sus estudios secundarios en el Colegio Nacional Hermanos Meléndez de La Unión. Era muy querido y respetado por sus compañeros y profesores. Al igual que en su Primaria, y se puede decir siguiendo su costumbre, desde el comienzo,, es decir, desde su primera año de media fue destacando hasta ocupar el primer puesto en aprovechamiento y conducta. Así, al culminar su secundaria había acumulado medallas y diplomas que no había donde ponerlas  pues la casa que teníamos entonces era de material rústico”
Gregorio Amaya, hermano de Leoncio.
 “Este libro es una deuda contraída por todos nosotros. Después de una jornada de recopilación, indagación, investigación, ordenamiento, etc., estamos entregando al pueblo de Piura este homenaje a quien es guía espiritual para su pueblo, la izquierda y el Partido”.
Roque Pablo Mondragón Abad, dirigente político.
 “Recuerdo de las disquisiciones, cuando las circunstancias eran difíciles que la mayor recompensa de nuestro esfuerzo era la tarea cumplida y que los pasos cotidianos servían más que los discursos. “Así como en esa película de los 7 Samuráis, cuando lograban emancipar a los campesinos… éstos seguían cultivando y aquellos se marchaban, me decías. “Así, como el monje solitario, sin un peso en el corazón…” te respondía. Y por primera vez te escuché carajear (no sé si tú a mí). Por primera vez nuestros corazones se regocijaban como si hubieran compuesto una melodía”.
Sorgo Rojo, ex dirigente de lo que fue el CIMTPA.
“En todos estos años de labor con la comunidad hemos comprendido que la promoción de la salud popular no es una tarea fácil, tiene muchas dificultades y bastante sacrifico; pero ante ello, quienes actuamos con clara convicción de clase, tenemos la responsabilidad de demostrar que la salud no se porta en el estetoscopio, tensiómetro o en el maletín, tampoco es una migaja, caridad o beneficencia que se da a los pobres. Para nosotros la medicina es nuestro campo de lucha y de trabajo. La salud es un derecho legítimo del pueblo. Cualquier otra consideración asistencialista no es sino paliativo y demagogia”.
Leoncio Amaya Tume.
¡Gloria Eterna a su Memoria! 

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