miércoles, 18 de abril de 2007

Estados Unidos gastó 110 millones de dólares en las revoluciones "naranja" y "de tulipanes"


Estados Unidos gastó 110 millones de dólares en las revoluciones "naranja" y "de tulipanes"

Ria Novosti

Estados Unidos gastó más de 110 millones de dólares para realizar tan sólo dos revoluciones 'de colores', en Ucrania y Kirguizistán.Lo afirman los autores del documental francés 'Revolución.com. EEUU - Conquistando al Este', transmitido por el canal de televisión 'Rossía'.
Los documentalistas franceses, al decidir averiguar quién y para qué pintó el mundo de nuevos colores, llegaron a la conclusión de que tras una serie de golpes de Estado 'cromáticos' realizados - la revolución de 'terciopelo' en Serbia, la de 'rosas' en Georgia, la 'naranja' en Ucrania y la de 'tulipanes' en Kirguizistán - estaba EEUU.Fue en Serbia donde se ensayaron las tesis del libro 'De la dictadura a la democracia', del estadounidense Gene Sharp, que es una especie de guía de cómo se puede realizar una revolución no violenta, utilizando recetas sencillas.Luego los serbios les ayudaron a los georgianos a aplicar tales métodos para derrocar a Eduard Shevardnadze y también participaron en los preparativos de la revolución 'naranja' en Ucrania.
En opinión de los documentalistas, los sucesos de 2000 en Serbia, de 2003 en Georgia, de 2004 en Ucrania y de 2005 en Kirguizistán son eslabones de una misma cadena.Las cuatro revoluciones no violentas tuvieron por resultado que cuatro regímenes totalitarios dejaran de existir en semanas contadas y en todas partes se desarrollaron según un mismo guión: unas elecciones falsificadas; las autoridades intentan resistir, pero luego ceden al empuje de las protestas masivas, señalan los autores de la cinta.Los documentalistas expresan la seguridad que las tecnologías de tales revoluciones se elaboran y financian por la Administración de EEUU.
En las décadas del 60 y el 70, de tal actividad de encargaba la CIA, pero más tarde se decidió que esa labor podía hacerse de modo abierto y transparente por unas fundaciones, como la de Soros, el Freedom House o el Instituto Republicano Internacional, las que, en opinión de los autores del filme, son inspiradores de esas revoluciones, 'que vienen borrando uno tras otro a los apéndices de Moscú, para mucho agrado de George Bush'.
Los documentalistas franceses no pretenden predecir cuál de los Estados de la CEI será el lugar del próximo experimento análogo. En opinión de ellos, casi todos los países de la ex Unión Soviética 'figuran en la cola'.

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