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Los socialdemócratas obtuvieron un 29,8 por ciento para un total de 20 escaños y sus aliados un 21,7 por ciento con 14 escaños, para una mayoría de 51 por ciento, mientras la premier ha confirmado su deseo de que Islandia ingrese al bloque de la UE.
El gobierno provisional de izquierda en Islandia obtuvo una histórica victoria este sábado, tras obtener una mayoría absoluta de 34 de los 63 escaños del Parlamento, según reflejaron los resultados definitivos de las elecciones legislativas.
Los socialdemócratas obtuvieron un 29,8 por ciento para un total de 20 escaños y sus aliados un 21,7 por ciento con 14 escaños, para una mayoría de 51 por ciento, en unos comicios donde los electores castigaron al partido conservador, al que acusan del derrumbe de la economía del país hace siete meses.
El gobierno provisional de izquierda en Islandia obtuvo una histórica victoria este sábado, tras obtener una mayoría absoluta de 34 de los 63 escaños del Parlamento, según reflejaron los resultados definitivos de las elecciones legislativas.
Los socialdemócratas obtuvieron un 29,8 por ciento para un total de 20 escaños y sus aliados un 21,7 por ciento con 14 escaños, para una mayoría de 51 por ciento, en unos comicios donde los electores castigaron al partido conservador, al que acusan del derrumbe de la economía del país hace siete meses.
La europeísta Johanna Sigurdardottir, de 66 años, la popular líder del partido socialdemócrata y primera ministra saliente del gobierno interino, deberá ser confirmada en el cargo en los próximos días.
"Ha llegado nuestra hora", declaró Sigurdardottir provocando un estallido de aplausos. "Estas elecciones serán históricas porque será la primera vez que los partidos de izquierda obtienen la mayoría", afirmó.
Aunque por debajo de lo que auguraban las encuestas y los primeros recuentos, ese resultado es suficiente para arrebatar por primera vez en los 65 años de independencia del país la posición de fuerza hegemónica al conservador Partido de la Independencia, segundo con el 22,9 por ciento de los votos y 16 diputados.
Los conservadores perdieron un tercio de sus votos y 9 diputados por su condición de partido cuya política neoliberal en sus 18 años seguidos en el poder facilitó la crisis que en octubre colapsó el sistema bancario y colocó al país al borde de la bancarrota.
La primera ministra, en su primera comparecencia, interpretó el triunfo electoral como un claro mensaje de que los islandeses empiezan a pensar en el ingreso de la nación en la Unión Europea como una posibilidad cercana.
En la campaña, Jóhanna Sigurdardóttir ha reiterado que abrirá las negociaciones con la UE "lo antes posible" y se ha atrevido a asegurar que habrá un referendo en 2010 y que Islandia podría adoptar el euro en 4 años.
Los últimos sondeos, realizados el mes pasado, apuntaban una clara mayoría a favor de iniciar conversaciones, si bien los partidarios del ingreso no llegaban al 40 por ciento.
La primera ministra se ha mostrado convencida de llegará a un pacto con los verdes y de que la población cambiará de opinión cuando conozca las ventajas de un hipotético acuerdo con Bruselas.
La subida del centrista Partido del Progreso, cuarta fuerza con 9 escaños, y la entrada al Parlamento del Movimiento Ciudadano con 4 diputados, refuerzan también la posición socialdemócrata.
El Gobierno tendrá otras tareas difíciles: reorganizar su sistema bancario, nacionalizado en octubre; negociar con los acreedores extranjeros, solucionar el problema del paro y aplicar un austero programa económico, consensuado con el Fondo Monetario Internacional (FMI), para reducir la inflación y la gigantesca deuda.
La primera ministra ya ha avisado de que será necesario recortar el gasto público un tercio este año, pero se ha agarrado a los primeros signos de recuperación apuntados el mes pasado para profetizar que Islandia, primera gran víctima de la actual crisis financiera, será el primer país en recuperarse de sus efectos.
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