ELECCIONES A LA LLANERA
Por: Luis Gárate (Dirigente JotaCé - Patria Roja)
El proceso electoral en Venezuela y el destino de la Revolución Bolivariana
Las próximas elecciones en Venezuela y el proceso político que vive ese país generan una gran controversia y la atención de los medios nacionales y mundiales. En la “gran prensa” y parte de los “sentidos comunes” parece haber muchos consensos sobre los defectos de este proceso, que tiene ya 14 años de gobierno haciendo cambios bajo la inspiración bolivariana.
El candidato opositor a Hugo Chávez, Henrique Capriles, aparece en la mayoría de encuestas con más de 10 a 15 puntos de diferencia en su contra. Se presenta como continuidad de los avances sociales, y por otro lado como “paladín” de la seguridad ciudadana y las libertades. Sin embargo se le recuerda como parte del grupo golpista que fracasó en su intento de febrero de 2002, y en especial su rol como azuzador de las agresiones materiales contra la delegación diplomática cubana.
Las “verdades” sobre Venezuela
Se discute mucho sobre la naturaleza democrática del proceso, pero todas las elecciones y referéndum, Chávez las ha ganado con cierta amplitud -salvo la reforma constitucional del 2009- y bajo estricta supervisión de los observadores de la OEA y el centro Carter (que no pueden ser acusados de afinidad con el gobierno bolivariano).
Sobre la libertad de expresión, como ejemplo, existen 67 televisoras comerciales, 13 de servicio público y 38 comunitarias. La gran mayoría de medios privados son abiertamente opositores al gobierno.
Otra cosa que se critica es que no habría combatido la pobreza y la inseguridad. En cifras, Venezuela antes de 1998 tenía más de 50 por ciento de su población en la pobreza, siendo uno de los principales exportadores de petróleo del mundo. Hoy la pobreza es menor al 28 por ciento. La violencia es grave aún como tema estructural. Se ha creado la Policía Nacional, que no existía para afrontar este mal. La ONU considera a Venezuela por delante de Uruguay como el país menos inequitativo de la región, y que ha avanzado mucho en el tema educativo y la masificación del internet entre su población.
Se le acusa de clientelismo a lo Fujimori, pero si uno aprecia las Misiones del gobierno, estas se abocan al tema educativo, es decir a que la población de menos recursos pueda terminar su secundaria, estudiar en la universidad o en carreras técnicas. Otras misiones brindan salud en los sectores populares, alimentos subsidiados, viviendas de tipo social, entre otros.
Un socialismo al estilo llanero
Este gobierno no es perfecto, sin duda, y no está exento de contradicciones, como cierto personalismo del presidente y los niveles de corrupción. Pero si vamos al fondo, el gobierno bolivariano, desde su orientación patriótica, democrática y liberadora, ha incorporado a la ciudadanía a millones de venezolanos que nunca recibieron los beneficios de la riqueza petrolera y ha generado una corriente latinoamericana, el Socialismo del siglo XXI, que también promueve cambios participativos y antimperialistas.
El proceso venezolano genera muchas controversias, hasta en las filas de la izquierda. El socialismo que están tratando de construir se sustenta un una Constitución Política progresista y de avanzada, pero que aun puede ser ajustada. Por ejemplo, reconoce varias formas de propiedad. La privada, la cooperativa, la comunal y la estatal. El proceso en su etapa actual tiene una alianza con importantes sectores de la burguesía nacional y empresarios medios y pequeños. A pesar de las crecientes nacionalizaciones (telecomunicaciones, cementos, industrias alimentarias, entre otra) no podría ser de otra manera. Venezuela requiere industrializar un país que ha sido dependiente hace más de 50 años de la renta petrolera.
Quedan varias preguntas que resolver como parte del proceso, como la dependencia del liderazgo de Chávez y la construcción de nuevos liderazgos, la consolidación del proyecto político del PSUV y la ampliación de su frente patriótico de alianzas con otras fuerzas de izquierda y populares, el grado de protagonismo que adquiera la población organizada a través de los consejos comunales, la incorporación de más sectores sociales, como la pequeña burguesía (clases medias), la sostenibilidad de las Misiones y el nuevo diseño de un estado eficiente y participativo, entre otros.
A nivel global
El rol jugado por Venezuela en la arena internacional es indiscutible. Los avances están en los proyectos de integración regional, como el ALBA, respuesta al ALCA y los TLC desde lo social. Otro es el proyecto televisivo Telesur, como respuesta al control que ejercen grandes cadenas mediáticas, con un enfoque crítico y dándole voz a los principales movimientos sociales latinoamericanos y mundiales.
Con su proyección antimperialista y soberana, ha generado un importante bloque geopolítico regional en el ALBA, se la jugado por el apoyo a Cuba socialista, ha fortalecido el UNASUR y promovido la fundación de la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe- CELAC en el 2011, como contrapeso al rol de la OEA servil al Departamento de Estado de EEUU.
Asimismo ha alzado su voz de protesta y promovido la atención internacional ante causas como el rechazo al golpismo en Honduras y Paraguay, la justeza del reclamo argentino sobre las Islas Malvinas, la defensa de los pueblos soberanos como Libia y Siria acosados por el intervencionismo norteamericano. Promueve el multilateralismo y firma alianzas estrategias con potencias emergentes como Irán, Rusia, Bielorrusia y China. Todo eso ha contribuido al debilitar la hegemonía imperialista de Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Europea, razón por la cual esos gobiernos y sus aliados latinoamericanos buscan deslegitimar a la Revolución Bolivariana y a los gobiernos progresistas del ALBA a nivel mundial.
Hace poco recordamos 39 años del golpe de Estado de Pinochet, alentado por las clases tradicionales chilenas y el gobierno americano contra el gobierno socialista de Salvador Allende. Como lección, vemos que un proyecto político patriótico y democrático, que quiere hacer cambios de fondo tendrá una férrea oposición, el sabotaje mediático y de los poderes fácticos, con el apoyo del imperialismo. Algo que claramente tiene el gobierno bolivariano es el apoyo de la gran mayoría de su pueblo y de las fuerzas armadas con una nueva mentalidad. Si acrecienta la participación y el bienestar de su pueblo, tendrá su única garantía de continuidad.
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