A
puertas del XXVII congreso de la FEP
Una
voz para los estudiantes peruanos*
Por: Luis Gárate
La Federación de Estudiantes
del Perú está próxima a realizar un nuevo congreso a comienzos de setiembre, y
en el contexto de un gobierno de Ollanta Humala virando a la derecha y enfrentado
a varios conflictos sociales, y una clara situación de debilidad del movimiento
estudiantil peruano.
La FEP fue fundada en 1916, y
en su formación participaron importantes líderes estudiantiles, entre ellos Víctor
Raúl Haya de la Torre, y otros que provenían de sectores anarquistas y socialistas.
En su calidad de federación nacional de los estudiantes, nació como una
organización gremial de frente único, es decir, un espacio donde confluyen
representantes de diferentes corrientes del pensamiento político que se
organizan por la defensa de los intereses y derechos de los estudiantes
peruanos.
En su historia se reconocen
a algunos de sus presidentes de tiendas políticas muy diferentes, apristas como
el mismo Haya, los democristianos Valentín Paniagua y Max Hernández, o
comunistas como Gustavo Espinoza y Rolando Breña. En su momento la FEP y tras
arduas luchas, tuvo entre sus principales conquistas el cogobierno
universitario, siguiendo al Grito de Córdoba, y luego el medio pasaje
universitario.
Desde los años 70 la FEP,
tras una serie de disputas entre los grupos de izquierda, ha sido conducida por
líderes estudiantes vinculados al Partido Comunista del Perú- Patria Roja. Este
partido ha mantenido su conducción, a la
que podríamos atribuir básicamente a la radicalidad de sus militantes y su
capacidad de maniobra en las conducciones gremiales.
Pero la actual crisis de la
representación estudiantil no se puede atribuir solo a Patria Roja. El problema
es más complejo. El sectarismo de PR no ha contribuido a ampliar el trabajo de
este gremio, pero hay que decir también que los militantes de este partido
mantuvieron con vida a la FEP ante la asonada de sectores ultraizquierdistas como
el senderismo en los 80, que había capturado en su momento importantes espacios
estudiantiles. Asimismo pudo mantener en los 90 una mínima estructura ante la
ofensiva neoliberal que desarticuló al movimiento social y la intervención
fujimontesinista de las universidades públicas. Así la FEP pudo jugar un rol
articulador en la lucha contra la dictadura.
En los últimos años han
existido una serie de intentos de reconstruir el FEP, pero la mayoría de estos
han sido a partir de un trabajo de paralelismos del gremio existente. Otros
sectores de izquierda han tratado de mantener FEPs paralelas y otro tipo de
coordinadoras estudiantiles, pero han sido esfuerzos pasajeros. Los esfuerzos
más visibles han venido de los sectores vinculados al senderismo, que como en otros
espacios sociales disputan directamente con Patria Roja.
La FEP de hoy se sostiene en
algunas federaciones importantes de provincias, como la de la Universidad
Nacional de Cajamarca, Ucayali, Amazonas, Trujillo, entre otras. La gran
debilidad está en Lima. Lo cierto es que la organicidad de la FEP debe basarse
en la representación desde las federaciones de las universidades públicas, y de
ser el caso de las privadas que las tengan, así como de la representación de
los institutos técnicos, escuelas superiores y los escolares. La poca
representatividad de la FEP también se acrecienta con la crisis de la
universidad pública, la lógica mercantilista de las universidades privadas y centralmente,
en la falta de trabajo de las organizaciones políticas en la representación
estudiantil.
La reconstrucción de un
espacio como la FEP pasa por ir al tejido mismo de la representación
estudiantil, desde cada centro federado de facultad, cada federación
universitaria, cada centro de estudiantes en las universidades públicas, y en
las privadas y los institutos superiores donde se puedan abrir espacios. Ese
trabajo debe hacerse no solo en una lógica gremialista, sino abriendo un debate
serio sobre el modelo de universidad peruana, la nueva ley universitaria y el
rol de los estudiantes peruanos en el modelo de educación para el país. La FEP
debería ser la principal voz e interlocutor de los estudiantes peruanos en el
debate sobre el modelo educativo y el modelo de desarrollo peruano de hoy.
Mientras la juventud organizada y política no asuma con seriedad ese reto, y no
se reaprenda a trabajar como frente único en la práctica, no habrá una voz
unificada de los estudiantes por buen tiempo.
Agosto de 2012
*Artículo publicado en la revista
universitaria La Toma
No hay comentarios:
Publicar un comentario