sábado, 20 de octubre de 2012

LOS RETOS DE UNA LIMA PROGRESISTA



Una mirada a la gestión de Susana Villarán


Por Luis Gárate
Dirigente JotaCé

La gestión municipal de Lima encabezada por Susana Villarán ha podido remontar los intentos revocatorios de los operadores de ex alcalde Luis Castañeda y empieza a recibir un mayor apoyo de la ciudadanía con el avance de sus principales obras.

Sin embargo aún tiene un elevado índice de desaprobación en amplios sectores de limeños, la cifra bordea el 67 por ciento según algunas encuestadoras. Para los partidos de la Confluencia por Lima y los sectores de izquierda y progresistas, nos debe llamar a una reflexión crítica y constructiva de la gestión municipal.

Recordemos que la victoria de Susana se dio en octubre de 2010 tras una ardua pugna electoral, que generó una polarización mediática y ciudadana, y que además generó grandes expectativas como escepticismos, sobre los cambios que podría hacer una gestión progresista.

La gestión municipal sigue avanzando a pesar de la intransigencia de la derecha, cierto bloqueo de parte de varios medios de comunicación y hasta campañas de descrédito, como las que dirige Aldo Mariátegui. Pero la desconexión con importantes sectores de la ciudadanía se debe también a errores que debemos evaluar para extraer lecciones.

Los aportes a un nuevo enfoque

El gran reto tras la victoria de Susana fue empezar a implementar grandes reformas que la ciudad necesita, que deberían tomar un mediano a largo plazo y que afectarían, inevitablemente, a grandes intereses creados.

La alcaldesa y su equipo decidieron abordar temas estructurales como la reforma del transporte público, el diseño de áreas interdistritales para relacionarse mejor con los distritos, la elaboración de un plan participativo para Lima, la implementación de proyectos urbanos integrales como Barrio Mío, entre otros.

Otras acciones y obras bandera de la gestión que se están implementando son el traslado del mercado mayorista de La Parada a Santa Anita, la construcción de grandes proyectos viales como Vía Parque Rímac (el ex proyecto Línea amarilla renegociado), el proyecto Vías Nuevas de Lima, la prolongación de la Vía Expresa Paseo de la República hasta al sur (San Juan de Miraflores), la recuperación de la Costa Verde, entre otros.

A eso hay que añadirle la incorporación del componente participativo y cultural en gran parte de las intervenciones de la Municipalidad. Se ha potenciado de manera importante la Gerencia de Participación Vecinal, que ha impulsado por primera vez la Asamblea Metropolitana de Lima y el presupuesto participativo en el Cercado de Lima, los encuentros vecinales permanentes con la alcaldesa y una labor más intensa de los promotores municipales en el Cercado y en todas las Limas. El tema cultural, a través de Cultura Viva, está acercando diversas manifestaciones culturales de manera itinerante y recogiendo las expresiones de los colectivos organizados en cada distrito y barrio.

Problemas, retos y salidas

Un proceso de esta naturaleza no está exento de contradicciones y problemas. Los temas centrales son los de la dirección política y los problemas de gestión.

En lo político existe una confluencia de partidos de izquierda y progresistas que llegaron a la alcaldía con la inscripción de Fuerza Social. La alcaldesa ha dado importantes pasos en gobernar con el Consejo, sin embargo la confluencia no se ha fortalecido particularmente en la gestión. Vemos en la dirección de la Municipalidad a algunos representantes de FS y a personas allegadas a los entornos de la dirección. Mientras tanto Tierra y Libertad -el único partido de la confluencia con inscripción legal vigente- participa en menor grado en algunas áreas y grupos como el MNI (ahora en proceso de construir el MAS), Lima para Todos y Voz socialista, tienen una participación mucho menor. La actividad política de los partidos en relación a la gestión municipal ha sido escasa, salvo por esfuerzos concretos como las movilizaciones populares contra la revocatoria.

Un errático manejo del tema comunicacional también ha permitido que no exista una imagen más solida de la nueva propuesta de ciudad ni de las obras de la gestión, tema que está paulatinamente revirtiéndose.

Entre las obras se constata la continuación de temas como los Hospitales de la solidaridad, la construcción de escaleras y muros de contención en los asentamientos humanos, pero las obras sustanciales que reflejen una nueva visión de ciudad están todavía por ejecutarse.

Si bien en el tema del transporte se ha avanzado reordenando de manera eficiente las avenidas Abancay, Manco Cápac y Tacna, y a pesar de los sectores del transporte opuestos, todavía falta mucho más para reducir la terrible congestión vehicular que afecta diariamente a los limeños.

La prioridad que se le ha dado a la generación de ciudadanía a través de mecanismos participativos y culturales, y la búsqueda de mejorar la transparencia en los procesos de concesión de proyectos, no se condice con la lentitud de las obras de infraestructura o las reformas de fondo. Esto ha hecho que muchos limeños no perciban cambios más diligentes, concretos y de impacto metropolitano. Podemos sacar como lección que los procesos de educación política y ciudadana deben ir de la mano de obras más ágiles y de mayor impacto.

A nivel político es necesario fortalecer la Confluencia y su relación con la gestión, y desde sus bases los partidos deben ayudar a canalizar una suerte de contraloría social, mejorar la relación con los ciudadanos, los movimientos sociales y con un proceso de formación política que debe ser transversal y permanente.  

Los partidos nacionales pueden hacer que se dispersen esfuerzos. Mientras FS promueve la inscripción de la alianza Fuerza Ciudadana (FS, PCP, PS, LPT, CxC), Patria Roja está priorizando la inscripción del MAS a nivel nacional. No podemos perder de vista que si no aseguramos el éxito de la gestión de Lima, la izquierda y el progresismo en general perderán un importante capital político vial para los próximos comicios de 2014 y 2016.

Una metrópolis como Lima, acostumbrada a gestiones efectistas, al caos, la informalidad y falta de planificación no cambiará de la noche a la mañana. Eso es seguro. La gestión de Susana Villarán está dando importantes pasos en esa dirección, pero debe escuchar más a su soporte político desde las bases y agilizar con creatividad los procesos ciudadanos, junto a la eficiencia en la ejecución de las obras que tanto necesitan los limeños.   

Lima, Octubre de 2012 

No hay comentarios: