sábado, 2 de agosto de 2008

Cristina Fernández no se arrepiente de nada

La presidenta argentina asegura en su primera rueda de prensa desde que asumió el poder que repetiría cada una de las decisiones que ha adoptado durante sus ocho meses de gestión, incluida la que derivó en el conflicto con el campo.


La presidenta argentina, Cristina Fernández, ha afirmado este sábado que volvería a repetir cada una de las decisiones adoptadas durante sus ocho meses de gestión, incluida la polémica resolución que derivó en el conflicto con el campo que ha provocado la mayor crisis política del país en cinco años. "Volvería a hacer todas y cada una de las cosas que hice", dijo la presidenta al inicio de la primera rueda de prensa convocada desde que asumió el poder, en diciembre, y la primera también que ofrece un mandatario argentino desde 1999.

La repetición, explicó, incluiría impulsar la "resolución 125" que incrementó los impuestos a la exportación del sector agrícola y que provocó cuatro meses de conflicto del campo, con pérdidas millonarias y una crisis política sin precedentes en los últimos cinco años, los de Néstor Kirchner, esposo de Fernández.

El rechazo de esa resolución en el Senado, con el voto decisivo del vicepresidente del país, Julio Cobos, puso de manifiesto la fractura interna del oficialismo y precipitó el relevo del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, considerado el "hombre fuerte" del Ejecutivo.
Fernández fue reemplazado por el joven peronista Sergio Massa en una nueva estrategia gubernamental que ha incluido una rebaja del tono de las intervenciones públicas de la presidenta y la convocatoria de la primera rueda de prensa en los últimos nueve años.
No más cambios

A la pregunta de si piensa hacer más cambios en su Gabinete, la presidenta argentina simplemente ha contestado con rotundo y escueto "no". Fernández reivindicó a algunas de las más polémicas figuras de su Gabinete, como el secretario de comercio, Guillermo Moreno, e instó a los medios a evitar "satanizar" a los funcionarios.

La crisis con el campo provocó también el relevo del secretario de Agricultura, Javier de Urquiza, que fue sustituido por Carlos Cheppi, a mediados de julio. Aunque la primera víctima política del conflicto fue el joven ministro de Economía, Martín Lousteau, quien tuvo que renunciar a los pocos meses de su nombramiento por ser considerado el impulsor de la reforma tributaria que derivó en el enfrentamiento.