Las dos Cámaras de la institución tratan en sesiones extraordinarias la situación de las dos regiones georgianas
El Parlamento ruso ha aprobado esta mañana una resolución para solicitar a su presidente, Dmitri Medvédev, que Rusia reconozca la independencia de las regiones georgianas separatistas de Osetia del Sur y Abjazia. A primera hora, el Consejo de la Federación Rusa (el Senado ruso) ha aprobado por unanimidad la propuesta y, poco después, la Duma (Cámara baja) se ha pronunciado con la misma opinión. Los parlamentarios han comunicado la decisión a Medvédev, que tiene la última palabra, ya que el voto del Parlamento no es vinculante. Mientras, el presidente ruso ha afirmado que está preparado para cualquier paso que dé la OTAN, incluso, la ruptura de relaciones.
"Hoy es un día histórico para Abjazia y Osetia del Sur", ha asegurado el líder abjazo Sergei Bagapsh, que ha añadido que su Abjazia nunca volvería a formar parte de Georgia. Además, el documento de los senadores resalta que la Cámara alta "respalda plenamente la política del presidente de Rusia hacia Osetia del Sur y Abjasia". La semana pasada, Bagapsh y su homólogo en Osetia del Sur, Edouard Kokoity, pidieron al Kremlin el reconocimiento de sus regiones. El líder surosetio ha afirmado esta mañana que "está claro que después de la agresión contra Osetia del Sur, las relaciones con Georgia no pueden volver a su anterior situación".
Cambio de fronteras
Por su parte, el presidente georgiano, Mijaíl Saakashvili, ha considerado que reconocer la independencia de las regiones separatistas constituiría un intento de "cambiar las fronteras de Europa a la fuerza", según declaraciones al periódico francés Libération.
Abjazia y Osetia del Sur se escindieron de Georgia a principios de los noventa tras la caída de la Unión Soviética. Se trató de una autoproclamación, ya que ningún país las ha reconocido como estado independiente. El pasado 7 de agosto, la tensión se agudizó en la zona después de que las tropas georgianas trataran de calmar las revueltas de los separatistas de Osetia del Sur. La intervención de Georgia obtuvo la respuesta de las tropas rusas, que protagonizaron una ofensiva que ha desembocado en una crisis entre Moscú y Occidente. Lo último en este frente abierto han sido las declaraciones del presidente ruso de esta mañana que ha advertido de que está preparado para los pasos que dé la OTAN después del "grave empeoramiento" de las relaciones con Rusia tras la crisis de Georgia. "Nada terrible" ocurrirá si la OTAN rompe con Rusia, ha añadido durante un encuentro en el balneario ruso de Sochi con el enviado de la alianza, Dmitri Rogozin.
Tras la retirada georgiana, Rusia ha insistido en mantener las denominadas fuerzas de pacificación en la zona con el objetivo de preservar su control de la zona. En estos momentos, la alerta de Occidente se debe en gran medida a la presencia de las tropas rusas en la estratégica ciudad portuaria de Poti, a orillas del mar Negro. Moscú también ha defendido su permanencia en Osetia del Sur, una región estratégica, ya que un oleoducto atraviesa su territorio y transporta el petróleo del Cáucaso a Occidente a través de Turquía, lo que supone no depender del suministro ruso.
Secesionistas en Moldavia
Mientras que recibe la postura del Parlamento en torno a Osetia del Sur y Abjazia, el presidente Medvedev se ha reunido esta mañana con su homólogo moldavo, Vladimir Voronine, y ha asegurado que ve "buenas oportunidades" para solucionar el conflicto abierto en Transdniéster, una región separatista de Moldavia que también aspira a la independencia, un objetivo que ahora se ha potenciado tras la crisis georgiana.
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