martes, 29 de julio de 2008

EL CONGRESO Y EL MENSAJE PRESIDENCIAL


Por Yomar Meléndez Rosas*

¿Qué está pasando en el Congreso del Perú? ¿Por qué los personajes más indignos son elegidos para los cargos de mayor responsabilidad? ¿Es acaso un mérito la traición? Estas y otras preguntas formaron parte de mis cavilaciones el sábado pasado luego de presenciar la vergonzosa elección de la nueva mesa directiva del parlamento nacional. Y no era para menos: por segundo año consecutivo el aprismo se alzaba con la ¿victoria? haciendo uso de las alianzas más corruptas y los métodos menos apropiados.

De todas las bancadas surgieron “topos” que en público y en privado habían asegurado votar de una manera y terminaron haciéndolo de la forma contraria. Lo lamentable es que ese comportamiento se va convirtiendo en moneda corriente y la política envileciéndose cada día más. A ese ritmo, la desconfianza y el descrédito de los gobernantes no deberían sorprendernos, pero tampoco las irrupciones violentas de masas enfervorizadas que no encuentran en los partidos auténticos canales de representación.

En fin, a ese tema volveremos para un análisis mayor en un momento posterior; nos interesa ahora redondear la faena refiriéndonos al discurso presidencial.

Más allá de los desplantes en las comisiones de anuncio y recepción, y la inusitada seguridad (helicóptero incluido) que rodeó al mandatario, el mensaje careció de mirada estratégica, de visión de futuro. Ad portas de cumplirse el centenario de la “independencia”, nuestro país requería un horizonte sobre el cual trabajar. Parece que la seducción que ejerce China sobre García no es completa, pues en la tierra de Mao tienen bien claro que desean ser incluso en el año 2049.

Primó la obligación constitucional de exponer detalladamente la “situación de la República” haciendo un recorrido multisectorial con efectos adormecedores. Debo confesar que vi dos veces el discurso, pues en el primer intento fui derechito a los brazos de Morfeo.

Las principales preocupaciones del ciudadano de a pie no se tomaron en cuenta. Los mecanismos para contrarrestar el alza del costo de vida, el incremento de la inflación, los conflictos sociales, la omnipresente corrupción, estuvieron ausentes. Sólo frases recurrentes manifestando y solicitando comprensión frente a la crisis mundial.

La propuesta de crear el Ministerio de Cultura es quizá una de los asuntos más interesantes. En el plan de gobierno aprista se habla de un proceso previo reestructurando el actual Ministerio de Educación. La denominada Coalición Peruana para la Diversidad Cultural sugiere un Ministerio de Cultura, Ciencia y Tecnología. Sea lo que fuere requerimos un debate sereno y, principalmente, una auténtica voluntad estatal que revalore la identidad nacional y respete las diferencias culturales y étnicas; de lo contrario la idea no pasará de ser una simple gambeta extraída de los modelos internacionales.

*Joven Vice-Presidente del Movimiento Nueva Izquierda y miembro del CC del Partido Comunista del Perú - Patria Roja