En una rara aparición pública, Nasralá, rodeado de fuerte seguridad, ha saludado con besos y abrazos a los cinco excarcelados vestidos de militar ante miles de libaneses que ondearon banderas y lanzaron fuegos artificiales.
"Esta gente, esta nación y este país, que ha dado una imagen clara hoy, no puede ser derrotada", ha dicho Nasralá a la multitud, en su tercera aparición pública desde la guerra entre Israel y Líbano en el verano de 2006.
El canje de prisioneros entre Israel y la milicia chií libanesa Hezbolá ha comenzado a primera hora de la mañana, en el cruce de Rosh Hanikrá, con la entrega de dos ataúdes negros. En ellos, supuestamente, iban los cuerpos de los soldados Ehud Goldwasser y Eldad Regev, secuestrados en la frontera israelí-libanesa en julio de 2006, identidad que ha sido confirmada horas después, cuando el ejército hebreo ha procedido a los análisis de ADN. Era la primera confirmación oficial de su muerte, tras más de dos años de angustia de sus familiares. En el momento de su captura por Hezbolá en un ataque en suelo israelí el 12 de julio de 2006, Goldwasser tenía casi 31 años y Regev 27.
Un portavoz de Hezbolá, Wafik Safa, informaba del canje delante de los ataúdes: "Entregamos al Comité Internacional de la Cruz Roja a los dos soldados israelíes que fueron capturados por la resistencia islámica el 12 de julio de 2006". "Ahora, la parte israelí entregará al gran muyahidín (guerrero sagrado) Samir Kantar y a sus compañeros al CICR".
El intercambio, aprobado ayer mayoritariamente por el Ejecutivo israelí, está siendo arbitrado por la Cruz Roja Internacional y por el mediador designado por la ONU para las negociaciones entre Israel y Hezbolá, el alemán Gerhard Conrad. Además de los cadáveres de Regev y Goldwasser, la milicia ha de entregar también los restos de otros militares israelíes caídos durante la guerra del verano de 2006.
Dos centenares de cadáveres
La confirmación por las pruebas de ADN de que los restos entregados eran los de Regev y Goldwasser ponía en marcha la segunda fase del intercambio. Israel ha entregado a los cinco presos libaneses indultados ayer por el presidente israelí, Simón Peres. Habían sido excarcelados durante la madrugada y conducidos a la frontera, donde esperaban que Hezbolá cumpliese su parte del acuerdo. Una vez comprobado que así ha sido, han podido cruzar la frontera. Entre ellos está Samir Kantar, condenado a cinco cadenas perpetuas y 47 años adicionales de prisión por la muerte de cuatro personas, incluida una niña de cuatro años, en 1979 en un ataque en Israel.
Los cinco presos han sido recibidos en Líbano con gran júbilo y una celebración organizada por Hezbolá que incluye un desfile militar. Una multitud de seguidores de la milicia, ataviados banderas y otros artículos del color amarillo del Partido de Dios, han prodigado a los liberados un recibimiento digno de héroes, pese a que Israel pedía respeto, dado que considera a Kantar un despreciable asesino.